LlBRO 11. DE LOS
(que ha de
hau<:r
aquel
día gran
bulhcio)
y
nrncha
prícffa)
fo
las
ponemos aquí
jm1tas,
para <.JUe
fe
leuantcn
mas
ayná,
y
aun
íi
fuera
p
Líbl
auiarnos.
de
efcupir fiem–
pre
cn ,vn
lu
0
ar~
Francífi
o
Lopez
de Goma:ra
capitulo
ciento
y
veyn
te
y
cinco, hablando
de Jos
en
tí
r–
ros
que a los Reyes,
y
a
los
gra~des feñore s
haz1an
en el P eru,
d
1-
Z5>.
tlas
p.1labras>qut [en
facaJas
a
la krra.
.<~' ando
Efpa
ñole
s
abnan–
efras
fep.ulruras ,
y
d(fparGan
los
hueffi
s,les
rcgau:in los
Y
ndíos
que
no
lo hiz ieffen, porque juntes eíl:u–
uídlen
al re[uícírnr; ca bíen
cr en
la
refurreCríon
de
1
s
cuerpos>
y
la
Ímmortal1dad
de fas
almas.
~c.
Prucuafe
cl~ro
lo
que vamos dí–
ziendo pues
eítc Autor con
cfcre–
uír en fpaña, fin auer ydo a Y n–
dJas, alcanc;o.
la
Q.1Ítma
reJac1on.
:El
contador
Aguíl:ín de
C,ar:ite
li–
bro primero c:t pitu!o doze
dí
ze en
efio
caíi
las
mifmas
p.
labras de
Gomara,y Pedro de
Cie~a
capítu -
lo
fe.G
nta
y
dos
díze; que
aquellos
Y
ndios
tuuíeron
Ja
im1nortalídad
del
anima,
y
la refurreétíon de
los
cuerp.os. Efras autoridades,
y
la.
de ·
Gomara
hallé leyendo
eftcs Au ..
tares
defpuc.s de auer
efcríto yo,
lo .que
en
efie partícu!ar muieron
mís
parientes
en
fu
gentílidad,hol–
gue muy mucho con ·
ellas,
porque
cofa
tan
agena de Gentiles como
Ja
refurrelbon, parecía
ínuencion
mía,no
auíendo1a
e[críto
algun
Ef
pañol.
Y
certifico que
las
hallé
def
}?Ues
de
auerlo
yo
.efcrito,
porque
fe
crea que en ninguna cofa
defl:as
figo a
los
Ef
pañoles,fino
que
quan–
do los hallo,
huelgo
de alegarlos
:en con.6.rmacion de lo
que
oy a
lo·s
mios
de
fu
andgua
tradícíon.
· .Lp
mifmo me
acae~cío
en
la
·l~y
·
qu e aula
contra
los
facrílegos
y
adu1rer
s
con
las
mugeres
del .ln–
ca, o dd Sol ( que adelante vere–
mos)
que
defpues de
~rnerla
yo
ef-.
cnto,
la
helle·a cafo,
leyendo
1~
híiroría
del
contador
general A-_
guftín de
C)arate,
con
que recebi
mucho
c0ntento por
alegar
vn ca–
fo tan graue vn híi1o ríador (pa–
ñol. Co1r.o, o por
lual
tradícwn
tuu1effen
los Incas ·
t
r
fu
rr
Etíon
de
los cuepos, fiendo
arrLuJo
de
Fe, no
lo
fe,
ni
es
de
vn
folda do
corno
yo,
mquirírlo, ní creo
que
Ce
pueda
~uínguar
con
certidum–
bre>
ha fb.
que el fon mo D ía s fea
feruído mantfefbrlo. Solo
puedo ·
;lfirm.ircon verdad que !o tenían.
Todo eíl:c cuento e[l_;reui en n
1e~
íha
hííl:ofia
de
fa.
Florída focan–
dol a de
Cu
1
u.g
ir ,
por obe
des
r a
los
vene~ables p:idr ~ s
mae!h
s
de
la fancr:l Com
1ñi.l
de 1 ES V S
Mí r-t
el \'
az~u
z de PJdíila
natu–
ral
de
Scuill
,v
Gercntmo de Pra–
do
natural
d~
Vbcda, qu ... me lo
mand=2rcn afsí ,
y
d
all1 Jo
quíté,
aunque
rudc
P' ~ r cíerr:.~s
caur
s
ty–
ran1cas,
ahora Jo
buch.io:i
poner
en
fu
¡, uefto,
porque
no
Lite del
edificío
píedra cm
pr
í
n
ci
pa1 :
y
af-
fi
yrem
s
poniendo rras
ccmo fe
fueren
·fr
ciendo, c
1
uc
no es l of–
fible contar de
vna
VG.Z
fas
níñc–
rías,o
bt1 rlcrias,
que aquellos
Y
n–
d1os muieron, qu
vna
dellas fue
tener, que el alma
falía
del cuerpo
mientras
el
dormía ;
porgue
de ...
zían que ella no ' podía
dormir,
y
que
lo
guc
veya
por
el
mundo,
eran ]as
·cofas que
dezímos
hauer ,
fañado. Por
eíta vana creencíi
01Í-'
rauan