PROLOG O.
IX
de han de
ir-
á
parar
ó
concurrfo los rayo~ de la luz des•
pues de las reflex1ones ,
ó
refracciones que padecen ; por-
1
que ·_ como 1as imágenes que dexc:1n pintadas de los objetos
se estampan .en este punto de reunion , llamándose distan–
cia
focal el trecho que hay entre él
y
el
cuerpo .reflecten-–
te ,
ó
refringente , es un punto de gran consecuencia esta
determinacion. Deseosos por lo mismo de no omitir medio
alguno por ·donde se pueda alcanzar , ensefíamos como
se
consigue por experiencia , por Geometría
y
por cálculo:
toda esta dis~incion se- merece la importancia del asunto-;
Despues de declarado como se llega
á
esta determi–
nacion , so-lo falta aplÍcarla
á
la construccion de los ins–
trumentos que sirven para aumentar el alcance ,
ó
la pers-·
picacia de nuestra vista , por ser este el paradero de
t0-–
<las las especulaciones ópticas.
Y
como la imagen
del
ob.""".
jeto qae queremos ver
se
pinta en
el
focus del cuerpo
re–
flectente ,
-ó
refringente , pende la acertada construccion
·de todo instrumento óptico de
la
competente colocacion
de sus vidrios ,
ó
espejos , quando lleva muchos, por ma–
nera que haya entre sus respectivos focos aquella determi–
nada correspondencia que sola le constituye perfecto. Para
lo qual se h~ce preciso conocer las leyes que siguen la re-
- · flex.ion y · refraccion de la luz ; porque averiguada que· esté
-esta ley , será facil señalar adonde irá
á
par<1r qualquiera
de sus rayos despues de reflectido,
ó
refringido : importa
saber si un rayo que da en un~ superficie reflectente es
rechazado
éon
la misma i0:clinacion ,
ú
otra distinta de
aque-