sobre las Teologfas Nacio1iales.
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Ila~,
Ios mantes , valles, rios , fuentes , arbo–
les , £lores ,
y
fi_nalmente todo quanta se ha–
Uaba propio
a
entrar· en est as narrati vas : est o
ha enriquecido de varios modos la Mitologia
de fabulosas narraciones.
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Fastidiado el hombre de cosas ordina- .
rias en
SUS
pensamientOS , siempre gira
a
lo ma-
.ravilloso; esto es'
a
lo que excede
a
los mo–
dos comunes ,
y
naturales , colocandose en la
esfera de los prodigios. Claro es, que para su·–
bir tan alto , no dandose en lo humano estas
fuerzas' se hace preciso recu.rrir
a
las divi–
nas. Comunmente las narrativas poeticas prin·
cipian en un modo natural ,
y
humano ; pero
.sucede embrollarse tanto la fabula en el dis–
curso, que sin auxllios mas podernsos que los
humanos, no es posible dar salida. De aqu1 la
intervencion de las Divinidades para desenre–
-dar los dificultosos lances en los poemas. Una
-sola Divinidad no era suficiente en estos jue·
gos de imaginacion, hallando conveniente di·
·vinizar con mas, 6 menos poder quantos
ent.esjugaban en
la
composicion de sus narrativas,
y
entrando en ellas no solo' personas'
a
espiritus,
sino tambiell virtudes ,
y
vicios ,
y
naturales
.elementos ,
ya
puros , ya de varia inmixcion,
Tom. I!I.
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