Discurso III.
rable, queen sus disputas de religion, haciendo
menos cuenta de otros puntos , fuese siempre
el capital el lugar de la adoracion publica (
J).
55
Mucho se ha discurrido para motivar
el origen de la institucion del Apis entre los
Egipcios; mas comunmente quanto con mas
particularidad se ha dicho , no tiene otro fun–
damento., que en la libertad de pensar ,
y
en
el ayre de ridkulo que las Naciones de reli–
gion diferente suelen mutuamente echar sobre
sus devotas practicas. Tal me parece ,
y
esto
es lo que mas comunmente suele decirse , que
los Egipcios creian el Apis habitacion del al–
ma de Osiris, su antiguo Rey , y deidad que
se trasladaba en los Apis, segun pot sus · se- · -
fiales se iban demostrando
(
z)
~
Para
la
con-
fo
tacion de este comun pensami
ento bastarla
observar, que el Apis no ;solo se
IIlor.ia,
sino
que viviendo mas que
el-
detennirta:do tiempo,
le ahoga ban ; y no ·podra facilmente conce-
bi rse , que creido habitadon divina usasen con
el de· este modo.
Cree-
( r) Patr'es nostri in monte hoc adoraverunt,
&
vos dicitis,
quia Jerosolymis est locus , ubi adorare oportet.
'Joann.
•·
4.
v.
'20.
(2)
Herodotus lib.
3.
cap.
38.
Plinius lib.
8"
tap. 46.