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dencias;
y
lo,S Disdpulos
de Jesu–
Christo náda tienen que agrade
al
mundo.
El
mundo quiere adulado–
res , y en
él
se vive
á
fuerza de mu–
tuas complacencias ,
y
de recipro–
cos aplausos; ¿pues de qué sirve alli
un
Christiano?
Es
enteramente inu–
til
.,
puesto que no toma parte e[}
nuestros deleytes,
y
negocios, que
son un puro engaño.
Acabemos con
Sap
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t"
11 ·
él,
dicen los impíos en el Libro de la
1
>. •
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6: ,,
0 :
Sabiduría
porque es inutil;
y
pues su
inocente.,
y
sencilla vida
ilesa~redi-
/ ]
1
•
ta,
y censura
a
.a nuestra,, es
prec1~
l
\...
.
)
so matarle ., porque so o sirve para
perttrrbar nuestra alegria.¡Ah Chrisr
tianos., inocente rebaño ,. vé ahí 1o
que os hace odiosos al mundo! Co–
mo·no sabeis haceros temibles, ni
bol ver agravio por agravio
1
pronto
os vereis oprimidos., y por mas pa–
cificos que seais,no dejarán de tacha·
ros con la nota de amotinadores de
Joan.xv.19
~
el Pueb1o,por cuyo sosiego levantaiS
incesantemente al Cielo las manos,
y
os calificarán de
enemigos
pnbli-
Coi.
Por·