D IA
ex v.
Sinrazon
del odio del
Mundo.
Joann.
xv.24.25.
M
ostrado
ya
el odio del mun–
do, pasa Jesu-Christo á per...
suadir que es injusto,
y
lo conven–
ce con sus milagros.
Nadie havia hecho tantos , ni
tan grandes: sanaba
á
todos
los
en–
fermos;
y
jamás hizo milagros para
castigará ningunhombre. Todo res·
piraba misericordia,
é
indulgencia,
y
asi quedan convencidos los hom–
bres,
y
se patehtiza la bondad de
.este
J
esus tan aborrecido , no sola–
mente por la cantidad, sino tam–
bien con la calidad,
y
naturaleza de
sus milagros.
Para semejamos al Salvador, no
basta que seamos aborrecidos; ade–
más es preciso que
lo
seamos sin
Joan,xv.~4.
causa; dado que dice:
me han abor,.
recido sin motiva.
Cuen-