~()
ciclo ;
y
asi necesitamos precaver–
nos de un mal que es tan duro en
sí~
y
que causa tan estraños efeél:os.
Pero
para
los Apostoles serviría
~in
duda de particularissimo con–
suelo ver que les era comun con Je–
su-Christo la aversion que les ten-
Joan.
111 •
dría todo el genero humano :
Si el
!is.
z.u.
mundo,
dice.,
os aborrece, primer()
me
aborreció á
mi.
La causa del
citado odio es la siguiente :
el
qu~
obra mal, huye de la luz,
el mundo
me aborrece porque le descubro su3
malas obras;
y
los Apostoles asocia·
dos
á
la predicacion del Salvador
debian incurrir tambien en el ocb
del mundo, cuyos vicios ,
é
igi10-
rancias reprehendían.
,
Si
fuerais del mundo
,
el munáo
j
~n.xv.19
• a~aria
lo que es suyo.
No quiere
de–
cir que se aman los hombres del
mundo unos
á
otros; lo contrario
acontece , pues todo el mundo está
lleno de odios,
y
embidias ; sino que
los deleytes ,
é
intereses del mundo
hacen agrables enlaces;
y
correspon·
den-