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trable juicio están obstinados.
¿Pue-c
de haver cosa mas justa que el aban-.
donar
á
sí mismos ,
á
unos hombres
que solamente á sí mismos se aman'ª
i
Qué castigo mas conveniente,
que el que castiga al hombre con
su propia falta
?
¿Señor , me levan–
taré yo contra Vos
?
Y
porque veo
perecer en el Hospitál,
á
que me ha
traído mi miseria,
á
otros infinitos
enfermosime revelaré contra el Me–
dico qye me aplica un remedio con
que
me cura
?
¿
Le
ditié ,
yo no
quiero sanar hasta que vea que
to..
do el mundo
sana~
No,
hermano mio,
tú
toma esa
medicina :
¿
Por qué te han de tur–
bar
los que
perecen , quando vés
que desprecian con ceguedad ,
y
despique el socorro
que
les submi–
nistran? Recibe tú con humildad
el remedio que este Medico Celes–
tial te alarga , y deja á la divina
p rovidencia los que vés que están
privados de
el.
Cree solamente, que
ninguno perece sino por su
propia
fal,.