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para decirse el uno al otro: Santo,
Santo , Santo , hace vér los esfuer–
zos , ,
y
conatos que necesitan para
entender ,
y
celebrar la santidad
de Dios, que siempre queda superior
á
todos sus esfuerzos : de suerte.,
que solo el se puede alabar á sí mis–
mo,
y
que en el se debe conocer,
y
hallar su digna alabanza.
i
Quánto mas debemos nosotros
temblar ante la augusta ,
y
terri–
ble santidad de Dios , viendonos
cubiertos de pecados
?
Per0 si por
orden de Dios , u o de €stos Sera–
fines toma del Altar
un
carbon ,
y
lo aplíca
á
mis labios,purificandolos
con el., como los de Isaías , enton...
(es yo alabaré á Dios con labios
, puros , porque lo amaré con puro
amor.
No creamos que los Serafines,.
ni los Ministros de Dios, sean los
que fueren., aunque se huviesen ele–
vado al grado de Serafines por la
perfeccion de su amor , pueden pu..
rificarnos : no poi: cierto. Nos po-'
S
3
drán