t~;·
~xtirpará
del
fondo
de
su corazo11,
y
quién sacrificará ese interés de ex..
·celenda , esa ambician de gloria,
y
de merito
~
2
Quién le impedirá,
que reyne,que domine en el mundo,
y
que haga estragos en el
~
No, no.
El
mundo no es capáz .de aquella
union de espíritu,
y
de corazon que
pide Jesu-Christo para sus Apostó-
les ,
á
fin de que sean una cosa.
El
Ibid.
1
x.
i
I.
Espíritu Santo es quien ·
pue~~
ar-
raygar esta verdad en los
corazone~.
En efeélo arraygóse
es.na.v~nfad
en los Fieles ., despues q e descen–
dió sobre ellos el Espit itu Santo'.
Ellos
no tenían
todos mas que
un
Aél.n. 3
i.
corazon,
y
una alma,
y
ninguno
decía ser suyo algo de lo que poseía.
Pero el Salvador nos previene; que
no puede el mundo "recibir este es.:.
Joann.
1
n.
piritu , que dá la paz ,
y
la union
á
1
~
•
nuestros corazones. Por tanto no
nos debemos admirar d
e que Jesu~Chri sto no ruegue por el mundo.No
en vano habla asi el que es tan bue-
no , y
tan caritativo : no
en
vano
nos