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cion ,
y
di
vision ; porque está
lle~
no de concupiscencia, interés, ava–
ricia ,
y
orgullo. Esto no tan sola–
µiente daña , sino que tambien di–
vide lós .corazones. Sean testigos los
disgustos , las desconfianzas , los
zelos., las ligerezas, los rompimien–
tos,
y
las infidelidades que cada dia
se experimentan en las amistades
mas ·estrechas ,
ó
segun el espiriru.,
6 segun la carne.
i
En donde se
hallarán amigos, que no se descon–
fien el uno del otro
~
i
Quándo ve–
rémos uno ,
6
dos pares de amigos
verdaderos , que puedan decir que
su amistad será durable;
y
que nun–
ca quebrará , aunque llegue el uno,
ó
el otro al
punto
delicado del ho–
nor .?
¿,Y
qué .es ese puntillo de ho–
nor
?
Es el amor de
su
propia exce–
lencia ,
y
de la preeminencia de su
propio merito ' que hace que nada
haya slncer-o , y cordial entre los
hombres.. Habrá quién, quizás, sa–
crifique á la amistad los intereses,
~mnque
será rarissimo• .
i
Pero
quién
ex~