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su-Christo que levanta por noso..
tros los ojos al Cielo ,
y
ló sosiega,
y
pacifica~
iPero
para qué se han de levan–
tar los ojos al Cielo, sino para ado–
rar á Dios ,
y
su magnifica presen–
cia en su gloria ,
y
arrobarse allá
en
espíritu
?
Pues ojos mios idos al
Cielo,
y
arrebatad a1lá mi corazon!
id
con el deseo,
y
la esperanza
al
termino
á
que sois llamados,
y
al
·que efeti:ivamente os
tra~ladaréis
al–
gun dia. Id finalmente
á
la habita–
cion que se os ha prometido,
y
amad
aquellaPatria celestial, adonde Dios
será todo para todos.
DIA CXXXV.
.,·
• 1
Gloria del Padre,
y
del Hijo en
el
establecimiento de la Iglesia.
' J
oann. xv
1
t.
1.
z.
·
pAdre
mio,
la
hora
ha · llegado,
Joan. uvx.
glorifica
á
tu
Hijo
,
para que
1.
tu Hijo te glorifique
á
tí.
Empieza
el