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Pero
esa
alegria,
que
necesita-
mos llevar
al
fesdn,
ha
de
estar
mezclada con
tristeza. La vesti–
dura magnifica ,
adornada
con
la
gracia de
la
santidad ,
o
conserva-.
da
siempre ,
o
recobrada con
la
penitencia , ha
de tener
algo
de
' duelo. Es
necesario
que ayunemos,
y
que nos aflijamos en el
fesdn
nupcial ,
porque ese fesdn
es
la
commemoracion
de .la muerte
del
Esposo. Vistamosnos ,
pues ,
de
u9 luto espiritual en es{t
festín:
.traygamos
a
el
el
ayuno,
y
la
mor~
tificacion
de
los sentidos.
Esto sig–
nifica el
ayuno
Quadragesirnal,
con el qual
nos
preparamos
al
fes..:.
tin de la Pasqua.
La Iglesia
ayunaba
antigua–
mente dos '
o
tres
dias
a
la
sem.á.na,en memoria del dolor qu
e le ha–via
causado la
ausencia
del Esposo.
El
Viernes ,
que
era el dia
de
su
muerte,
y
el Sabado el de su se–
pultura,
eran dias consagrad
os
al
ayuno.
Nos
ha
quedado la
absti"'
Ce
4
nen,.