· te
querido
entrar,
debe
quedarse
mas
afuera. Pero el
infelíz ·,
i
qué
ha–
llará
fuera de
la
Casa
de Dios,
en donde reside la luz ' en don–
de se manifiesta la verdad , en
donde
luce
eternamente
Jesu–
Christo , en
donde
los
Santos
son
pna especie de astros
~
¿
Qué
ha–
llará
sino las
tinieblas
de
un
cala–
bozo
eterno
?
Estas
son
las
tinie–
blas de que tantas
veces
habla
Jesu-Christo:
allí
sera
et llorar,
y
el
rechinar
los dientes.
En lugar de
1
as castas
delicias
de
la
santa
~1v.tesa,
1
havrá eternas lagrimas ,
y
suspi-
ros. Le
hara
rechinar los ·
dientes
la rabia, que
concibirá el pecador
contra sí mismo ,
y
contra
los
co-.
bardes Confesores, que
le
hayan
introd1:1cido facilmente
al
banque–
te sagrado. El
motivo
mas cruel,
y
mas vivo d€
~u
tormento
sera
har–
ver
sido
llamado ,
y
puesto
en
el
numero de los
amigos
del Espo–
so.
La voz
de
este ,
y
Ja
de la Es–
posa cesata :
httinlse
la
alegria de
es-