.
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~f'or
qluen·
quere1s
ser
glorificado.
He aquí el
combate ,
y
la víltoria.
Jesus ha
sostenido
a
su
Alma in·
vencible ,
o
por mejor
decir ,
por–
que ella era
absolutamente
inven•
cible ,
y
no
tenia
que
luchar , sino
para
no~otros,
y
en
nuestro
abo–
no ,
nos
ha
enseñado
a
combatir,
y
a
vencer. En esta
viél:oria
de la
.Alma de Jesus se
ve
la
irnagen
de
nuestros combates ,
y
el
caraéter
.de
la
humillacion , que debia
acompañar
a
nuestro Salvador.
1
..
(
\
DI A
XIVe
'·
Una voz
del Cielo dJ
testimonio
a
la
gloria de Jesus en su
Triunfl).Joan•
._ XII.
28.
30~
P
Ara que
nada
faltase
a
la glo·
ria del
Salvador
en
-su Entra.., , :
da triunfante
de
J
erusalen,
el
Cielo
a bie'1
le
quiso
honrar
~
porque
~·
ape