21
La de Lazaro
ponia
oelante
d
a
vista
lo que tiene de mas horri·
ble
,
y
asquerofo. Estaba
difunto,
amortajado, enterrado,
podrido,
y
apestado.
No
se
atrevian
á
le–
vantar la lapida de su
sepulcro
por
no
infi ionar
las casas
immediatas,
y
la· Persona de Jesu-Chrisco. Sin
mbargo ,
la
levantan ,
y
se de, cu-
re el expeél:aculo
mas horrible.
esus
se
estremece ,
y
llora. En
la
muerre de
su Amigo
Lazaro
ve
el
castigo comun de
todos los hom·
bres : mira a
Ja naturaleza
huma-
ª ,
criada
para ser immortal,
y ·
al mbmo
tien1po
condenada
a
la
uene,
en
castigo de
su pecado.
Este
Señor es Amigo de
todo el
Lioage
humano,
y
viene
a
resta–
bl
cerle.
Pero
parece
que no
hay
•
r
medio para tan
grande
mal.
El
que dio la vista
d
un ciego
de
nací-
J
.
d.
.
d.
oann.
nuen o
,
i
no po ta tmpe zr que su
37 •
Arn. o
muriera~
Asi daban
a
enten-
d
os circunstantes ,
que el po·
r de Señor se estendia
unica–
men~
xt.
-