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le:, ias
instrucciones
del
Salvador,
y
la efusion del
Espiritu
Santo. Es–
tos
hombres, que estaban
tncensan–
teqiente disputando entre sí sobre
la primacia,
la ceden despues
sin
.
,~epugnancia
a
San Pedro. En
to–
das las ocasiones
le
dan
el
Primado.
El preside sus Avambleas,
y
Conci–
lios ,
y
le
ceden
siempre
la palabra.
San Juan, uno de los hijos del
Ze–
bedeo ,
que acababa de pedir.
la
primera silla , con su hermano San•
aiago,
espera
á
San Pedro
en
el
Se•
pulcro del Salvádor , ,para que en–
tre el prim.ero :
y
el ardiéntisirno
. deseo, que tenia S.
Juan
de
·ver
las
• señales
d~
la
Resurreccion
de su
Divino
Maestro, no pudo
impedir–
le , que
dexára
de
dar
el
debido
honor al primero de
los
Apostoles.
No seas ambicioso,
o
Chris–
tiano
!
no ·desees
privar,
ni
1nan..
dar ;
porque
eres
discipulo del que
siendo Señor de todo
i
se
anona–
do, y
humillo
hasta
perder
su vi–
da por rescatar
a
sus
escogidos.
Res~