J.j/t
El Cielo
e.sel
Trono de su Di–
vina Magestad ; la Tierra
es
el e
,
trado de sus Pies : la Capital del
Reyno,
la Silla de su Imperio : su
Sol amanece todo los
dias;
la llu–
via se derrama para
asegurarnos
de su bondad. Todo habla, todo
predica al hombre.
Ya
hemos
dicho ,
que para
sig...
nificar la inquietud,
se sirve
Jesu–
Christo de esta
palabra
de San
Lu–
cas:
No esteiscomo suspendidos,
open•
_
di.entes en el
ayre:
como quando
uno no sabe ,
ni
cómo , ni sobre
qué
esta
apoyado ;
y
acada instante
le
par~ce
, que se vá
á
precipitar,
y
caer. No vivais en es-re
terrible
desasosiego;
creed, que Dios os
apoya,
y
sostiene.
Pero
,de todas
las
palabras
de
que
usa
solo
San
Lucas
en este
Discurso del
Bijo
de
Dios ,
las
mas capaces
de
inspirarnos aliento
entre nuestras miserias ,
y
fiaque-
Luc.
XI
1 .•
zas
son
estas:
No
temais
,
rebaño
pe-
3
z~
queñueJo
:
porque
Je
ptugo
d
vuest.rrJ
·Pa-