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gracias
que ha.veis
recibido.Porque
esto
es
lo que
se
llama
el
Reyno
de
Dios ,
y
su
Justicia.
Buscad.
En todo lo que
ha
pre–
.cedido de
este
Discurso no emplea
esta palabra
buscad
;
porque
supo–
ne
~n
el ,
que Dios por
su bondad
.iiJfinita
nos
lo puede
dar
todo ,
y
en
efeéto nos lo
da ,
sin que
sean
necesarias nuestras
solicitudes.Esto
sucede
frequentisimamente con
los
bienes terrenos : pero
quando se
trata del
Reyno
de
los Cielos,:
h.uscad,
dice ,
obrad vuestra
saltttd
Phi.
t
lo tZt
con temor
,y
temblor,
como dice el
13.
Apostot
Esto solo es lo
que me-
rece
nuestras
inquietudes.
Me atrevo
a
decir, que
aun
de
esta
r·ehusca
debemos desterrar
la
agitacion ,
y
la inquietud. Porque,
como
prosigue el mismo Apostol:
Dios obra en vosotros el querer
,
y
el
b.acer
,
segun
S'tt
butna
voluntad.
Tem–
blad , pues ., quando
trabajeis en
v11estra
salvacion :
pero
no descon.,
neis con
den1asía
de
vuestras
fuer-
L
3
zas,