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cinco
maridos has tenido,bien
fuese repu–
diados, como la
ley
toleraba, bien hubiesen
sucesivamente muerto,
y
el que ahora tie–
nes no es
tn
marido: En esto di-~iste la
verdad. Dixole
la
muger: Señor , veo
que
tú
eres Profeta. Nuestros Padres ado·
raron
en este monte ,
y
vosotros
los
Ju–
díos
deds, que
el
lugar en que se debe
,dorar ,
ó
sacrificar es Jerusalén. Dixola
J
esus : Creeme , muger , que llegó
el
ti~mpo en que
ni en
este monte ,
ni
~n
Jerusalén adoraréis al Padre.
V
oso–
tros adorais lo que conoc~is : noso–
tros adoramos lo que no conocemos,
porque la salud ,
mediante
et
S,alvador,
viene de los
J
udios. Pero viene el tiem–
po,
y
es ahora , en que los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíri–
tu ,
y
en verdad ,
no con un
culto
pu–
ramente exterior
,
sino
juntamente
con
un
culto interior,
y
espiritual; porque
tales son los que busca
el
P adre para
que le adoren.
Dios
es espíritu,
y
los
que le adoran, es predso que lo adoren
en
espíritu ,
y
n
verdad. Di~ole la
mu–
ger:
Sé
que ha de
v enir el Mesías ( que
D
3
quie-