(47)
<;osas celestiales,
cosas elevadas
J'
sublimes,
sin valerme de exemplos de cosas t erre...j
nas
(
1)
?
Ninguno subió al Cielo
para
aprender
aJ/i los
Misterios Divinos,
sipo
aquel que bajó del Cielo :
El
HJjo del
Hombre, ·que _ está en
el
Cielo.
Y
como
Moysés elevó
la
serpiente en el desierto:–
isi
convierte qüe sea elevado el Hijo del
Hombre, para qüe todos Ios que crean en
él no perezcan-; sino qüe tei1gart
la
vida
eterna : porque amó- Dios tanto al mun–
do, que le <lió su Hijo UüigenÍto; para
que todos los que ~n~en en él
110
perezca.o, ·
sino que tengan
la
vida eterna. Porque
no embió
D19s
su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que
el
mundo se ~alve por
él.
E1 que cree
en
él , no se condenará, mas el que no cree,
ya esta condenado,
ó
tiene
en sí
la
mar–
ta
de reprobacion, pues
sin
la
Fé
no hay
salud;
porque no cree en el nombre del
Hijo Unigenito de Dios.
y ·
1a
causa de
esta condenacion es, que habiendo
v e–
uido al mundo la luz·, amaron los
hom-
bre,
(1)
S. Cyril.
lib,l,
in
Joan.
p.
150.