(8)
ciendo :
Bendita
tú
entre
las
mugeres,
y
bendito el fruto de tu
vient:re.
Y¿ de
dónde
á
mí esta dicha , que
la
Madre
de mi Señor
ve11ga
á
visitarme? Porque
desde que sonó en mis oídos
la
voz de
tu salutacion, saltó de gozo en mi vien–
tre el Infante. Bj enaventt rada eres en
h abe r creído , porque se cumpliran las
cogas
q ue
te se han
dicho
de
parte del
Señor.
Cántico de la Santísima
Virgenº
J
Entonces d·xo
Marh: Mi alma glori–
fi ca
al
Señor ;
y
mi
espíritu
es trans-
p
rt
d de gozo en D ios, S lv
dor
mio;
porq1 e
miro
~
la
baxeza de
su
esclava:
pues de de ahora todas 1 s g neraciones
me
llamaran
felíz
,
por los
gr
ndes pro–
digios que hizo conmigo
el
Omnipo–
tente;
uyo nombre
e santo: ·
y
c;uya
mi eri c )rdia
se éxtiende
de generacion
en generacion
a
todos los qt.e
le
temen.
M dnifestó eJ
poder
de su
br
zo; disipó
los designios que 1 s ,
her
ios for
1a- ,
ban en su
corazon.
Derribó del trouo
'
a