( J)
costumbre establecida entre los Sacer–
dotes ,
le
tocó por su'"'rte entrar en
el
T
em lo
d I
Señor
á
poner incienso :
y
todo
el
Pueblo estaba orando de
la
par–
te de
a
fi
era ,
á
la hora que se ponía
incienso . E ntonces se
le
ap redó un An–
gel del Señor, que estaba al lado dere–
€ho del Alt r en que se ofrecia el in-
cienso :
y
Zacarías se
turbó al verle,
y
se apoderó de él el miedo. Mas el
Angel le dixo : No temas Zacarfas , por–
que ha sido oída tu oracion:
y
tu mu–
ger Isabél
te
parirá un hijo
i
quien lla–
~arás Juan ;
tú
te llenarás de gozo ,
y
regocijo ,
y
muchos
s;
alegraran con
su nacirpiento ; porque él será grande
delante de Dios; no bebera vino, ni
sidra ,
y
será lleno
d~l
Espíritu Santo,
aun desde
el
vientre de su madre; con–
vertirá á muchos de los hijos de Israél
al Señor su Dios;
y
precederá delante de
él con el espíritu ,
y
la
virtud de Elías:
él hará en la primera venida de J esus
al mundo, lo que Elías en la segunda;
con el mismo zelo
y
poder resistirá á los
duros
y
soberbios
,
para inclinar los co-
A
2
ra-