{u1)
.de ·r~dinar
la
.~abeza.
Mirt1- si tienes
,va–
,lo~ par,a
seguir
al
.que
no
tiene
casa en
que
vivir
, _
ni
,e¡:1,m4
en
que
dormir
(
I).
Mas otro
de
sus ;Discípulos le dixo .:
Se.–
ñ9r ,
permite¡ne ir prim~ero ,
~
y
sepultar
á
µii padre;; pero Jesus le
dix:o :
Sigue–
m~,,
.y
dexa
los
muertos,
los
que -están
privados
de
ltJ,
vida
espiritual
sepultan
sus mu~rros.
· Y subiendo él
.!i
una harca, le si,,.
guieron sus Dis_cípulos:
y
luego se le–
vantó una
grari
tempestad
en
el mar'
de tal manera·,
..,que
las olas
cubrian
b
b ;irca ;
pero
¿¡
dormia.
Y
se
llegaron
á,
él
sus Discípulos,
y
lo
dispert4fOfl
diu•
ciendo :
Señor_,
salvanos,,
que
perecemos:
Dixoles
J
esus :
¿Qµé
temds , hombres
ó~
poca
fé?
EJ1tonces k:v.antandose, man–
dó
a
los
vientos ,
y
al rn~r ,
y
se hizo
uoa
gran
tra11quilidad_.
Admir.aronse
de
esto
los
hombres ,
y
di4eion :
¿
Qpitn
es .éste,
a
quien
los
vientos ,
y
el
mar
obedec~n?
{r) San Juan
Chris.
17..
~9.
h.
t,
Los