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en Valladolid tuvo que enviar t ropas
á
Navarra para per-
seguir
á
Mina.
.
El Conde de San Roman, tenaz en defender un
par~
tido, que dió muestras de aborrecer algun día, poco ·
diestro en comparar unas rev0lnciones con otras, en
co~
nocer el estado presente de las opiniones ,
]a
fuerza moral
de éstas generali zadas con seis afios de sufrimientos
Y'
de esperanzas nunca realizadas, la poca suborclinacion,
ninguna
di
ciplina
y
corto poder
de
las tropas que
man~
daba; el descontento general de la Nacion, y del Egér-,
cito que se iba declarirndo abiertamente en contra del
Gobierno , e valia de todos los artificios tnas mi ¡;erables
para de acreditar
á
las tropas nacionales, sin querer dar
oiaos
á.
la razob,
y
á
la
justicia que clamaban contra él,
que solo aspiraba á en ol ernos en una gué tTa clesofo....
dor a. Prometia
á
los paysanos
y
á
sus tropas socor ros
de Portugal; entró en este Reyno ,
y
habló
al
CapHan
General d e la _Provincia de Tras-lo Montes con el obge'–
to sin
dnda
de que le pre ta e auxilio; en
fin
no
p<'.'l·~
donó medios para ver si podría quitar
á
la acion
lo
que tantas lágrimas y sangre le ha costado. ro se
ba–
tió, es cierto; t ambien lo es qu e no
se .
d efernlió
en
Orense, que no se hizo fuerte en las portillas de la
Canda, pero demos esta gloria al Conde ele Torrejon
que con su llegada en pasta
á
aquella Ciudad eviLó que
se derramara sangre e paüola en el ataque
que
indefec
tiblemente iba
á
verificarse. El Conde de San llomau
fué
quien trató seriamente de poner sobre las armas
todas las alarmas de Galicia
(20)
para que envolviebeu
por t odas partes, y destruyesen
la
Columna volant e
J e
la Patria; el Conde de San Roman
fué
quien <lió lo
nombtes mas
infa~nes
á
los misnaos cuya amistad buscó
y
cultivó en algun tiempo,
á-
los mismos
:i
quienes
ha
escrito de pues para . sincerarse;
c~21 )
quien malver
ó
los
cauclales
7
quien
encendió la g·uerra
civil eu
Gafü:iu,