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manifiestos primeros

se

fundaba en las mismas publicaciones de la situacion;

y el estravio llegó hasta

ir

á

alentarla despues de sus derrotas y descalabros.

" Y cn efecto, solo la idea de aprovecharse de la profunda division en que

aparecíamos, pudo

inducirla á lanzarse á la lucha. Reconocidos en sus gra–

dos militares todos aquellos que lo quisieron; abiértas

las puertas de

la Pa–

tria para todos los Orientales; respetados y protegidos en sus vidas y propie.

dades, no se hubieran arrojado

á los azares de la lucha,

si nos

hubiesen

visto unidos y fuertes .

" L a conciencia pública dirá

si tales apreciacianes son

infundadas; y me

detengo en ellas con el solo propósito de aleccionar para el porvenir y hacer

menos cruentos para la Patria y mi sucesor los males que se han producido.

" Envueltos en la guerra civil, mi

constante empeño ha sido mitigar sus

males haciendo menos profundos los ódios que nos dividían, usando de una

generosidad y tolerancia que muchos califican de debilidad; y desde que en

los combates llevé una superioridad decisiva, no desatendí ninguna proposi–

cion de paz, con

el

ardiente deseo de ver á

todos los hijos

de la Patria,

rivalizando tan solo por su prosperidad y grandeza.

" Combatido por

todas las facciones

antes y duran te la

lucha, frecuente–

mente por medios punibles, no encontré en

los J ueces ni aun en l os Tribu–

nales Militares, el

rigor

requerido para reprimir

el

mal; debido quizás en

parte á la lentitud de los procedimientos, y en parte á la repugnancia natural

en el hombre para poner su firma al pié de una sentencia, olvidando, que por

forsozos que sean, hay deberes que es impresindible cumplir,

para conservar

la sociedad y el órden público. En tal situacion, el Gobierno que no quiere

pasar por encima de la ley, queda desarmado é impotente en presencia de la

impugnidad de toda suer te de atropellos.

"Fui parco en di.rijiros mi voz aun en circunstancias críticas. Me abstenía

sabiendo que muchos no apreciarían la sinceridad de mis sentimientos. Mas

hoy que nada se p uede temer ni esperar de mí, confio que todos me harán

justicia.

" Hice el bien y estorbé el mal hasta donde me fué permitido; pero se

malgastaron muchos esfuerzos, ante la oposicion de todos los instantes y por

todos los medios que se me hizo, vininendo en pos la guerra civil á colmar

la medida de nuestras desgracias.

" Haciendo fervientes votos al Todo-Poderoso porque ponga un término á

tantos desastres, y conduzca la República por la via de su felicidad y bien

estar , me retiro

id

hogar con el firme propósito de cooperar como ciudadano

á los grandes destinos á que la Patria está llamada.

Lorenzo Batlle .

Montevideo, F ebrero 29 de 1872. "