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concurrir.
á
la pacificacion de la R epública por el medio de una transaccion ho–
norable, bajo las b1ses del acatamiento del Gobierno establecido y de la apela·
cion á
la
soberania originaria de la N acion, libre
.y
legalmente espresada como
medi o de llegar á la reconstruccion de todos los Poderes Públicos; y no sa–
biéndose todavia si, por las negociaciones de que se trata, se desconocen las
bases de la declaracion aludida, vuestra Comision h a creido y crée acertado y
prudente esperar se produzcan los h ech os en contrario, antes que provocar
reuniones populares que aun h echas con las mas sanas intenciones, en dias
de agitacion podrian obstar mas bien que facilitar la realizacion de nuestros
nobles y patrióticos propósitos.
• Vuestra Comision os exhorta, pués,
á
que, con la calma y moderacioll.
del ciudadano que tiene la conciencia de su buen derecho y de la justicia
de la causa que defiende, lo que constituye siempre su vn dadera fuerza y le
augura su próximo triunfo, espereis tranquilos el desenlace de las negocia–
ciones de paz, ya para nuestro apoyo si responden á una solucion de princi–
pios, ya para combatirle por todos Jos medios legítimos si, por desgracia, se
pretendiese imponer al pais y al partido político á que perteneceis una
solucion que importase su desh onra.
~
En ese terreno estará siempre Ja Comision que suscribe.
~
Montevideo, Enero
12
de
1872.
A lt!jandro Chucar ro, (padre), Conrado Rucker, J osé Gre–
gorio S uarez, Emeter io R egiénaga, B on ifacio Mar tinez,
f osé Augusto Possolo, Pedro Bustamante; Floro La
cueva, Felipe
H.
Ig lesias, I<ernando Torres, J uan Pa–
blo R ebollo, J osé Cándido B ustamante,José Saav edra,
Ernesto Velazco.
Hast a aquí t odos los antecedentes de las diferentes tentati–
vas que se r ealizaron hasta la pacificacion de Abril; ahora
vamos
á
narra r ésta con los v a rios 'incidentes que la prece–
dieron y se p roduj eron desp u es, é iremos r eproduciendo suce–
sivamente p or su órden t odos los documentos que s e
r elacio~
n an con d icha n egociacion.
L a paz de Abril debe su iniciativa
á
la inte rposicion amisto–
sa y oficiosa del gobierno Argentino; p rovocada en parte por
solicitud par ticular de alg unos miembros conspicuos del partido
Nacional, que deseaban la paz
á
t odo trance, como un deber
d el patriotismo y en par te tambien
á
los t emo res hasta cierto
punto justificados que abrigaba este gobierno de los conflict os
que la continuacion de la guerra en la República Oriental pu–
diera traerl e con el Brasil, pues no ignorab a las proposiciones
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