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politico á que pertenece. En este sentido abundó el Sr. Carve, siendo caluro–
samente aplaudido siempre que espresaba las justas desconfianzas y la moti–
vada alarma que se habia producido en el pais por la intervencion que se habia
dado á hombres de los antecedentes de Lamas, Moreno, y Palomeque en las
negociaciones de paz y significaba la necesidad de prevenirse contra la repeti–
cion de los juegos dolosos y pérfidos que tanta ruina y sangre costaban á la
República.
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El Dr. Velazco volvió á tomar la palabra sosteniendo su pensamiento y
demostrando que si por el momento convenia manifestar la reprobacion que
ha merecido
á
la generalidad de los ciudadanos la reivindicacion que parecia
quererse hacer de la política del 5 r, vale decir de la política de las fusiones y
de las transacciones vergonzosas, convcnia al mismo tiempo definir y adoptar
propósitos altos y patrióticos que sirvieran de vínculo de union á todos los
miembros del antiguo partido Color.ado, y que lo presentasen, fuese en la con–
tienda armada, fuese en las negociaciones de paz, con una bandera de princi–
pios intachables y propósitos patrióticos contra los cuales no pudiesen rebelarse
con justicia, ni los propios adversarios políticos',
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El Dr. Velazco analizó en seguida, punto por punto, la declaracion que
habia propuesto y demostró que no habia en ella nada que no se ajus·
tase á los principios tradicionales del partido político que habia salvado á la
República en mas de una crisis solemne, y que en todas las emergencjas de
las luchas pacíficas ó armadas habia propendido á hacer prevalecer los princi–
pios mas en armonía con las instituciones políticas de la República.
, El Dr. Velazco tuvo momentos de inspiracion patriótica, en las cuales
fué muy aplaudido, pues supo mostrarse á la vez que partidario, hombre de
convicciones elevadas y de sentimientos patrióticos.
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Libreme Dios de pretender, dijo, que
el
partido
á
que pertenezco no
tenga grandes errores é imperdonables faltas; libreme Dios de desconocer que
sus gobiernos han cometido atentados injustificables y que sus hombres no han
dejarlo alguna vez de
~eguir
inspiraciones torcidas, pero en medio de los
errores y de las prevaricaciones
d~
sus gobiernos, ha teuido siempre una pro·
testa enérgica para condenar y combatir esos estravios.
• El Sr. D. Amaro Carve y D. Luis Revuelta circunscribieron la cuestion
á censurar y combatir la marcha del Gobierno, así respecto de las últimas
operaciones de la guerra, como respecto de las negociaciones de paz manifes–
tando que deberia hacerse conocer al Gobierno el desagrado con que aque 1
centro de opinion veía que por una parte se dejaban impunes actos de de–
sobediencia y rebelion al
Gen~ral
en Jefe del Ejército, y por otra se confiaban
cuestiones de la mas vital importancia á ciudadanos tan desconceptuados y
sospechosos al partido liberal como D. Andrés Lamas.
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E l Sr. Revuelta propuso que se nombrase una Comision que se aperso–
nase al General Batlle y le espresase en nombre de aquella reunion popular
la conveniencia de vigorizar por resoluciones enérgicas la accion militar y de
tranquilizar á la opinion pública, separando de toda participacion en las ne–
gociaciones de paz á los Lamas, á los Palomeque y á los Moreno.