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Aferrados a este puñado de •1erra caen sojuzgados por el· Imperio I n
cásico sin perder el "Signo diferencial del nacional ismo• , porque este
sentimiento estuve fuertemente unido al territorio o LLACTA p r imitiva.
Tanto es asi que para la llegada de los españolee, este caráct er d e d i
ferenciación se encontró todavíc. latente en el Reino de Qui to . La na::
ción de los Shirie Duchicel ae
delimi~ada
en lat!l fronteras puruhayes ,
con poca o casi ninguna influencia de los mitimaes, se cons e rvó aún
h asta el desastre de Tiocajas.
Por eso al enumerar a los forjadores de nuestra naci onalidad, como
p r oducto de emoción y amor , debemos hacer constar justlcierarnent e, en
p rimer plan o a Hualcopo Duch icela , Cacha Duchicela, Atahualpa, Cali c.!:!_
chi ma y Rumiñahui. Cuatro silue>as que parecen habe r nacido de l as e n
trañas de loe: Andee: en una. conmoción o cataclismo para velar de s d e el
pórtico de l a Hl.storia Patrl.a por esa Llacta •an amada
y
defendida
por ello!! .
Ahora que este sentimiento de nacionalidad se intelectualiza
~agi s
tralmente
0
EN LA HISTORIA DEL REINO DE QUITO" del jesu íta rioba mbeño
P. Velasco es una verdad 1ndiecutible como lo vamos a probar a lo l ar–
go de es te estudio esencialmente documentado •
..
..
~
Velasco, nuestro primer gran
hi~tor·lador,
relat·a 1nuy verazment e el
enlace del Inca peruano HuaynacCápao con la Princesa ouruhay PACCHA
DUCHICELA , hija del Último Shiri Cacha, de la me.nera s i guiente : ...••
"E2te era el unirse en matrimonio con Shlri-Paccha, proclamada relna
luego que
expirÓ
su padre. Siendo ésta por una parte jÓven de veinte
años , CUYA BELLEZA HABIA ROBADO SUS ATENCIONES, y por otra , l a que
debía re inar en unión de aquel que fuese su esposo según la Ley del
Reino •.
De la clara. anotación de Ve l asco se desprenden do s conclusiones:
La primera y fundamental sería aquella, "Cuya belle z a hací a robado
sus a t enciones•, es decir que Hua;y;na-Cápao amaba en verdad a Paccha,
existia un valor efectivo más poderoso que cualquier argumento y por
eso , dicha unión no fué un vulgar concubinato, como piensan ali?;Unoa
cronistas , en>re ellos Bravo de Saravl.a y <J.ómara,
Gino
una uni on le–
gÍtima que constató >odo eJ. Reino sojuzgado y guardó en sus r itos y
'O r a.diciones la r emini scencia. de este hecho.
·
La segunda se
refie~e
al Inca y su fl.nÍsima penetración política,
l a misma que l e impulso a consolidar aus nue·iros dominios por e ste en–
l ace que tiene todo lo romántico
y
polÍt ico. :De las dos , tomaremos
muy en cuen·ta l a primera
queZl
más tarde se
manife s t0
en el inmenso a–
fecto pro fesado por el Inca al Heino de Qui;;o,
Hemos estudiado detenidamen te los relato!! d ·3 los croclistas sobre
l a conquista del Reino Puruha.y, por loe espafío
J.esy cor:.clu.ímos que se
l e atribuyó por mucho tiempo escasa importanci.a..
.U.
PUB.UHAY. CONFEDERA–
DO CON QUITO sobre todo, en '¡;iernpo de Pacoha.
Ovl.edo y Valdez. ·esboza ligerarnen''e la grand.eza d e J.i:EIBAMBA y sus
monumentos , en términos confusos:, .••• "E tenía BUENOB ;U· OSENTOS e avia
s a l a o mejor diré pieza de doscientos pies de luengo, e lle nas de mu–
c ha chicha, e sobre
vein~e
mill troxaa de mahiz .•. , En la cual sazón
ee hacía a llÍ una casa para EL SENOR DE LA TIERRA QUE ERA CCSA DE
~lU
CHO VER EN GRANDEZA e otras particularid1f-des de e lla".
(2)
De l o transcrito se hilvanan las siguientes preguntas:
Cuál es fueron esos "BUENOS APOSENTOS" y donde estu:vieron situado s ,
( 2) .-
"Don Sebó'.Stián de Benalcázar" . - Por
J.
J.
Caamaño; nota Y des–
cripciÓn de Oviedo y Valdez, cronista de la conquista;