ó8
sing.ul-ar
expec~ativ•a,
y.a porqu1e no había
tnll!dición de que \lall cosa se hiciera, ya
por las historietas q•u.e
co,nr~am
de boca en
boca y que decía•n
hruber.seinilrentad·o unla
vez semej•ante cosa y que, en vista de que
l·as agu·as d1el La•go, parecí1am
inu:nd.arla
pO'bl·ación en eil momento pir1eciso de sa–
car •la Image n, tuv.ieron que d.esistir de .su
empnesa ; por
ot.raparte, el fe rvor·os c an–
helo de cad·a per.egrino, de besar d•e cer–
ca a •l•a lma,gen y d,e limp·i'ar con un algo–
dón el .rostro para coniServalflo luego como
pi•adosa neliquu,a, ruumenta•ban Las ex•pecta–
tivas de b01d·os y es por eso qlllle oon singu–
lar prudencia el Pad111e Gu•a,Pdián había
despis tado, como se dice vu
>lgarmen.te, a
• los pi adosos romeros, señruhrundo un•a ho–
ra
d.istinta d•e l•a eFectiva p·a•na
S·i!JCM
la
lmag.endel Camrurín ; no falbbanon, eim<pe–
r.o, l!'lgun as que, por C(}r.r·eo de brujas o
por
!0
que .se qu.iena, tenían notici a cierta·,
·fij.a
y
preci,sa d1el clásico momtento ;
y
ya
con la a·ntkLpación del caso y hasta pri–
vándo~
del a'lmu er:w, se si tu ilJron en el
pequ1eíro Ciam.arín sin que fu1erz1 humana
bastara 'para conV1enoerla·s y sacarlas del
si ti o pt'iviLegiado. A
las doce del d!a y
m;ien ~ras
no p(}COS
enilJn a•gasajadoo sun–
tuos!tmen•te en da casa d·e l.a señora Cori–
!J·R
v. de Palma, la Vi·rg>en sai]i6 de su ni–
cho sin que las ag•uas del Titicaca amen.a–
zruran esta vez el desb(}ndilJPSe, ')ues más
_que .las agua15
am erJI~JJZad (}ras
fu eron
los
fielles y devotos ¡,os que ·rupen·as enterados
-del hecho, casj por nadio,tel.efonía, se des–
bord aron hacia el Camarín con el objeto
antt>s en
~~n
ci·ad•o.
La lma•g¡en fu é despojada de sus an–
tigu as v'estidu.nas )' fué fotografiada pia–
dosamente con el pnimitivo v.estido, con
que el afo ttun ado Yupanqui la '11odedara;
manos hábil:es y pi adosas, acostumbradas
a vestir santos, hiciePon lujo de su habi·
lid ad en ta·n
m tjm or~rble
ocasi&n, y quien,
LA
CATEDRA
limpi•ando las aJ]haj·RIS, unos, anr<!glamdo la•
cab-e.l-lerr.; O•tros
Hm~i.and o
el rostro y ma–
nos ; todaiS el:J,as, se goZJa>non en la san ta
obrJa de v·estir a la Virgen, sentíanse
~:in·
t(}n0es, otras taM·rus Yupa1!1quis que, con
fea-vor
y
sin presunci·(}nes, iban a dejar a
la pros¡>eridoiJJd U1J11a Imagen v·estida, desde
su
~l<J.nosa
Coro•n.rución, oon arte y exqui–
~i to
gusto.
Entre ra.!!tG, el pueM•o afluía aJ San–
tuan·io y más de un ne!ligioso, si n más un·i–
f()pme, que el die la mi•licia anrunciscaoo, tu–
vo
~
Ule ha•cer d·e pOilicí·a, (}ara con
t~ner
a
la piadosa l11JlJJOhedt.¡mbn?. Apenas la ima–
g·en estuvo oomplliebamente arreg!.ltd·a,
se
organizó una procesión
que saliendo del
CamMÍIJl por
'la
puenta nuev·a,
y
bajando
por la a.noha y espaci·osa
escwla recién
·co.nst)ruíd.a a m1wne ra de "Scrula reg¡i·a" lle–
gó ah pJaZJa•, donde fué sa¡ludruda
po~
mi–
les d·e voces que su·¡1lioa·nbes
esperaban,
entre cánti1cos pia.dosos y entre acordes
en música popu.l·ar. Su ing.neso a la Igle–
sia po.r la puerta principal fué de tni-unfo,
oenbenares de afinadas voces
enb(}naron
el Hi-mno de Bon,ivi•a y ante
~815
pl!llrutas de
Miaría de
Co.pa·cabana, depusiejno n sus an–
h:elos de prutri o•tas y de cristi•anos.
Aún no habí•a
lleg~JJdo
ba Virg•en
rul
.aJ! tar prin<cipad cuando y.a la g•ente se
~ba-
1runzó pawa besar la lrnagen en form a ta!
que apenas pud ieron sostene r los que la
lleva ba n, ni pláticas, ni explioa•ciones, ni
megos, ni amen•azas, nad·a bastó para con–
vencer a tanto devoto que po,- momen–
tos has ta rayan do en wmJperti.nemcia, que–
ría .ser cada quien,
el
primero en besa r a
l.a V.irgen . Fuelrilles cordones de oonten–
sión , simpáticos métodos pana
~atisfacer
•esa piedad, imp-etuosos ene>jos v hasta de–
sesperaciones incalificables; to do, todo se
puso en juego para lograr el (}rden que
nequería el besamanos a la Virgen.
El
templo llegó
a
111enarse
complet~mente