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R

L TI1IQ a!?tbi<-nt'e de ·la

primav~rá,

la ·naturcr'leza donm:aa se

despterta

y

vzste de r-enovada hermosur.a.

·

E1i consonzo con

el ambiente que le rodea, el corazón siéntese animado de la··

·

.

vida exitberante,,

.Y

vénse retoñar en ·él los múltiples afectos

que forma1:z. eb encanto de la existencia.

.

Santificar esos ·a(ecto·s, purz'jicartos, bañar sit. ligero matiz con un

reflejo de. inmQrtalidad) es la aspiración de todo espíritu noble

y

cris–

tiano. Por · ello hace florecer· en primer término l·a devoción a la

Madre ·

del Amor Hermoso.

.

.

·

Desde años atrás el p'ueblo boli'viano ha

a~ostumbrado

·cifrar ·la p!'t·

·

mavera de su devoción a María, visitando et Santua?'io en .que se vene–

ra la. imagen de la ·Reina Co1'0nada de Bqlivia·, la Virgen .de Copac_a-

·

ba'l'}a, precisamertte e)t la es tación de las flores: este afio tarnbir{n le ·

ofrer;ió tan hermoso homenaje.

·

Unos le presentaron sus afectos, otros sus dolores; éstos implora–

ron sus beneficios, aquéllos le cantaron himnos de gratitud; todos le

llevaron 'la ofrenda del amor,

y,

·si no un C01'azón puro, sedz'ento al

menos de renovación espiritual,

y

con inquebrantable fe

e11

la

Madre

de la Santa Esperánza.

A ·punto de dar por terminadas las rudas fatigas del aFio,

y

le-

·

j es del bulticio de la ciudad, los hzjos de Mat'Ía se congregaron domi-

.

nadas por un solo sentimiento, en torno de la Imagen sagrada, donde

se· respira la ansiada paz, donde

el

alma se conforta

y

donde se co–

lumbra la

región luciente

a que nos guía la

Estrella de Jos mares.

Santa emulación de afectos, ejemplos de virtud, piadosos eferci–

cios, fervorosas pláticas

y

la especz'al efusión de la divina gracia que

todos esperábamos, por intercesión de María de Copacabana, colmaron

nuestros anhelos.

Hicimos la romería ·en compaiita espiritual del grande Obispo

Bosque, cuyo centenario celebramos este año,

y

con la especial bendición

de nuestro actual Prelado, Iltmo. Sr. Augusto Sieffert. El gran Bos–

que, en su anhelo de fomentar las romerías, obtuvo de la Santa Sede

Za gracia con que terminamos estas líneas:

'"l'odos los fieles cristianos

.que concurriesen en romería al Santuario de Copacobona pueden ganar

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