gura 19), fragmentos de ceramiCa, armas
y utensilios absolutamente iguales a los de
Tiwanaku, de la misma Época. Lo que prue–
ba su coexistencia con éste.
tpoca del apogeo de Tiwanaku.
En
·esta esplendente época, la potestad, la cul–
tura y la religión
aimaras
alcanzan su más
excelsa culminación, comprendiendo a
Chu–
kiapumarka,
a casi todo el territorio nacio–
nal del presente y a gran parte de los paí–
ses americanos. Su· arquitectura, el inigua–
lado bruñido d-e sus piedras, el esoterismo
que fluye de sus ideografías cósmicas y
mítico-religiosas, confirman su primacía
sobre las culturas orientales. Sus depura–
das ciencias y artes emiten rayos de in–
fluencia que dejan indelebles huellas en las
civilizaciones del Cusco, Nasca, Pachaca–
mac, Chimú, Mochica, Maya, etc., como lo
patentizan los hieroglíficos de sus respec–
tivas cerámicas, . tejidos y objetos metálicos
y de
piedra~
en los cuales se encuentran re–
producidos símbolos y estilizaciones típica–
mente
aimaras:
el signo
escalonado
o
cordi–
llera;
las representaciones humanas con
cuatro dedos en las manos y tres en los pies,
propias del período ·del apogeo; los ideo–
gramas totémicos del felino, cóndores, si–
mios y ofidios, todos peculiares del Ti–
wanaku.
En su sistema estético, la estilización
triunfa sobre el realismo. El metal vence a
l~
piedra, como utensilio o herrami-enta; la
20
orfebrería llega a la exquisitez. La mag–
nificencia de la arquitectura y lo portentoso
de las obras de ingeniería son las caracte–
rísticas de esta época.
A
este propósito, G.
E. Esquier "ponderando cuidadosamente"
sus palabras, dice: "en ninguna otra parte
del mundo he visto piedras cortadas con
una precisión tan matemática y una habili–
dad tan admirable como en el Perú; y en
todo el Perú, en ninguna otra parte las he
encontrado comparables con las que se ven
esparcidas en las llanuras de
Tiahuanacu".
Gustavo A. Otero expresa: "Los monumen–
tos de
TiahuaTl/.J,CU
en el arabesco de las pie–
dras cinceladas, que son verdaderas obras
de orfebrería, eternizan el misterio de sus
mensajes al futuro". Sus más importantes
monumentos son: la fascinante y revelado–
ra
Portada Monolítica,
indebidamente lla–
mada "Puerta del Sol" (figs. 20 y 21),
en la cual se descubre que expertos artífi–
ces esculpieron -en su parte superior de–
lantera- ideografías simbolizantes de un
homenaje guerrero,
recordatorio de una
gloriosa acción ("Nueva Teoría. sobre la
Famosa Puerta del Sol de Tiahuanacu", p.
el Cnl. F. D. de M.), y --en el friso de la
inferior-
simbolismos astrológicos
seme–
jantes a los de las grecas cinceladas en las
portadas de
Tunka-Punku
(diez puertas),
donde podemos admirar bloques que pesan
300.000 kilos (fig. 23), ¡para cuyo trans–
porte y acomodo era necesaria la coopera-