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oreja, o cercenada la cola, porque tales

signos -muy explicables como consecuencia

de las luchas entre animales-, no son otra

cosa que las marcas y señales que el

Pahi

usa para identificar sus bienes.

No se debe salir al campo en ayunas;

quien lo haga, corre el riesgo de que le "en–

·tre" al cuerpo el

"kuichi"

y le cause

mortal hinchazón. Se preserva de este acci–

dente comiendo un terrón de sal a tiempo

de ponerse en camino. Se conocen con el

nombre de

"kuichi",

el arco iris, el vapor

de agua que al salir el sol se desprende de

los pantanos, y la nata irisada que se for–

ma en la superficie de las aguas estancadas.

Señalar con el dedo el arco iris (

" kui–

chi" ),

ocasiona que se pudra el dedo y aun

la mano.

.

Los niños caen con frecuencia porque sus

respectivos padrinos de bautizo no les die–

ron "rijra" (alas) , consistentes en algún

obsequio más o menos valioso, ropa o

dinero.

Si aparece en cualquier sitio de la casa

una víbora llamada

"mul~uttu"

o "mullu–

ttuma",

morirá el dueño o alguno de la fa–

milia. La aparición de otras

víb~ras

vene–

nosas es también funesta. En cambio, si se

presenta en la casa o se le cruza en el ca–

mino la culebra verde

"machajuay",

debe

esperarse algún motivo de alegría y casi

siemp~e

la llegada de un pariente o amigo.

Cuando lluéve con demasía, hay que

destruir y dejar al descubierto nidos de

hormigas: entonces reaparece el sol y cesan .

las aguas. Contrariamente:. si la sequía es

prolongada y se desea que llueva, se extrae

renacuajos de los charcos y se los expone

al sol.

El orzuelo proviene de haber visto un

acto camal. Se lo cura friccionando leve–

mente el ojo enfermo con el pene de un

párvulo.

No hay cazador que dispare nunca sobre

un galli':lazo o cuervo; si lo hiciera, se raja–

ría o reventaría el cañón del arma.

La mujer grávida a quien se le pide un

favor, tiene que hacerlo sin excusa, siempre

que le sea posible; caso contrario, la per–

sona negada podría en represalia pellizcar

la puerta de casa al salir de ella y ocasio–

narle con esto el parto difícil y

h~sta

fatal.

Morirá ahogado quien niegue a otro el

agua que le ha pedido.

El bocio o

"coto"

proviene de haber so–

plado el interior de un

poro, tutuma

o bo–

tella; pero no se produce tal efecto si se

rompe inmediatamente ·el objeto soplado.

El hecho de bajársele a un indio el pan–

talón al caminar, le augura que ha de

recibir una azotaina.

MANIFESTAClONES DEL ESPíRITU RELIGIOSO

El espíritu religioso en los pueblos de

Caupolicán ha decaído mucho en los últi–

mos tiempos. La irregular provisión de

párrocos; la falta de templo en Santa Cruz

del Valle Ameno y Atén, el ruinoso estado

de algunos y el desmantelamiento de todos;

las persecuciones de las autoridades mili–

tares y la imposición de trabajos gratuitos

por las autoridades civiles, son causas que

determinan el retraimiento de la gente cam–

pesina, que ha dado en prescindir de los

deberes religiosos, y sólo afluye a los can–

tones en ocasión de muy contadas festivi–

dades. En estos casos concurren los indios

con bandas de bailarines típicos. Entre és–

tos, probablemente los más originales son

los

"khaperos",

graciosamente disfrazados

de troperos, que entran en el pueblo la vís–

pera de la fiesta, trotando al ritmo de una

música de flautas y tambores y en medio

del ruido de los

"pututos".

Otros grupos de bailarines típicos son el

"puli-puli",

el

"kena-kena",

el

" leco"

y el

"chuncho",

más o menos difundidos en

varios lugares ajenos a la provincia. Y

como danza exótica cabe citar la de los

"tucumanos",

practicada por el elemento

mestizo. Se trata de una parodia de los

gauchos, en sus faenas de chalanes y doma–

dores, resabio de la antigua afluencia de

los pamperos argentinos que traían a ven-

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