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Cañaveral en Cañamina.

TRADICIONE,S, LEYENDAS Y SUPERSTICIONES

Fundados los pueblos de lnquisivi hajo

la influencia del quechua y del aimara, las

manifestaciones psicológicas de sus habi–

tantes son iguales a las que dominan en

éstos. Los españoles mezclaron su audacia,

su carácter aventurero y su fanatismo, has–

ta crear un tipo mestizo astuto y muy lis–

to; pero intrigante y díscolo, que se mani–

fiesta particular y superlativamente en los

momentos de embriaguez. En cambio el in–

dígena fué doblegado sin consideración

hasta convertirlo en una especie de paria.

Superviven en lnquisivi un cúmulo de

tradiciones y supersticiones idénticas a las

de todos los pueblos occidentales de Boli–

via. Supersticiones que son explotadas por

los

yatiris,

brujos, en quienes tiene fe ciega

la gente del pueblo. Las

loctayas

y

challas

son ritos paganos que se efectúan cada

año; en los pueblos durante el mes de ju–

lio y en las minas durante el carnaval. Son

estas últimas las más ceremoniosas por las

ofrendas que hay que pagar a

tiula,

dios

maléfico de la mina, de quien creen que

depende el éxito de los trabajos. Las

cha–

llas

se realizan en los pueblos cuando se

estrena alguna cosa de importancia y en

las minas, cuando se encuentra una veta

o "illa", de la que se desprende el trozo

más rico en mineral para venerado. En to–

das estas festividades se consume mucho

alcohol, y las llamas, vacas y ovejas cuya

vida se ofrece en holocausto, son aprove–

chadas por los que dirigen el ritual, o sea,

los

yatiris.

La hora más propicia para que

estos hombres pongan en práctica sus ritos,

es pasada la medianoche. Hay que tener

la certeza de que todo el mundo acude a

su ciencia y saber: ricos y pobres, sin ex–

ceptuar gente que se precia de culta.

Otro ser sobrenatural creado por la ima–

ginación de los indígenas es el

kjariri

que

anualmente, durante el mes de julio dicen

que hace sus incursiones nochtrnas en los

rancheríos indígenas para "sacarles la gra–

sa del estómago", que conceptúan útil pa–

ra cierta clase de ritos. Lo cierto es que

algunas personas mueren en esa época por

consunción y no por la herida que les ha

causado dicho demonio a quien aseguran

que lo vieron por los caminos vestido de

fraile y con un enorme sombrero.

La leyenda más notable en lnquisivi, es

la de

Chuquircamiri,

de cuya fantástica ri-

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