casica; las de
Chacarilla,
en Curahuara;
todas ellas de gran riqueza mineralógica,
pero más valiosas aun desde el punto de
vista agrícola y ganadero, pues en estas
serranías, provistas de manantiales de agua
fresca y pura y dotadas de excelentes tie–
rras de cultivo, se hallan los mejores cha–
carismos de las comunidades indígenas y
de las haciendas. Asimismo, en las encaña–
das y abrigos de las quiebras, pastan mi–
llares de cabezas de ganado lanar, vacuno
y
porcino, principal riqueza de los 'poblado–
res de la provincia junto a la agrícola.
Es incuestionable que las mencionadas
sierras, que no son otra cosa que ramales
y contrafuertes secundarios de la cordille–
ra andina, poseen la misma constitución
geológica -siluriana, devoniana y volcáni–
ca- que caracteriza a aquélla. Son bifurca–
ciones longitudinales que corren paralela–
mente a las dos grandes cadenas montaño–
sas, y en su sección oriental estos ramales
forman valles de diferente extensión y pro–
fundidad, que van dilatándose poco a poco
hacia el Oriente hasta confundirse con los
inmensos llanos de Mojos y Santa Cruz.
Sabido es que la Cordillera Real emergió
en la era terciaria por causa del solevanta–
miento del terreno, hasta entonces bajo y
formando un mar, y que la cadena occiden–
tal tuvo origen volcánico, a más del mismo
solevantamiento que encerró las aguas
oceánicas en un mar interior, de que dan
testimonio inequívoco los lagos Titicaca y
Poopó y los salares de Uyuni
y
Coipasa,
restos indudables de ese mar, y los fósiles
y
conchas de animales marinos que pueden
verse en diversos lugares de la altiplanicie,
como Tiahuanacu, Aygachi, Patacamaya,
etcétera. En una edad posterior, la acción
erosiva de las aguas abrió varios boquetes
en el macizo cordillerano oriental, precipi–
tándose la masa líquida hacia las cuencas
del Amazonas y del Plata, y dejando, al se–
carse, los grandes llanos de Mojos, Guara–
yos y Chiquitos, debidos al asentamiento
de los aluviones y del terreno.
HID:ROGRAFíA
El río
Desaguadero
es el de mayor im–
portancia que surca la provincia de O. a E.,
para desviar luego hacia el sur, atravesán–
dola en toda su extensión. Este río sale del
lago Titicaca, en un punto fronterizo entre
Perú y Bolivia; tiene un curso de
297
ki–
lómetros y se interna en el lago Poopó, en
el Departamento de Oruro, al cual alimen–
ta con sus aguas. Su primitivo nombre in–
dígena fué "Aullakas", que en aimara sig–
nifica "gran boca del río" o "gran puerta
del lago". En algunos lugares, el ancho del
río llega a 45 metros, alcanzando una pro–
fundidad de 8.50 m. El volumen de agua
que arrastra en el puente del Inca, a los 16
o
30'
de latitud y 71
o
22'
de longitud, es de
4.822,5 metros cúbicos por segundo. Los
afluentes que recibe en la provincia son
los ríos:
Aroma, Viscachani
o
Patacama–
ya, Chungara, Umala
y otros de menor ca–
tegoría, que tienen su origen en los contra–
fuertes andinos y llevan generalmente la
dirección de O. a
E.
El río
Desaguadero,
de histórica nom–
bradía desde la guerra de la independen–
cia, puede ser navegable en su mayor parte
por embarcaciones de hasta 500 toneladas;
actualmente es surcado por lanchas y bal–
sas de totora por los indios "urus", hábiles
pescadores y navegantes. Con un dragado
de su cauce, que, de años a esta parte, se
encuentra relleno de arena, lo cual hace
que en tiempo de lluvias su caudal inunde
grandes extensiones de la zona ribereña,
con enorme daño para los propietarios co–
lindantes, esa navegación podría ser de ca–
rácter permanente. Con ello se habría be–
neficiado no sólo a las provincias lngavi,
Pacajes y Sicasica, por donde atraviesa el
río, sino, en particular, a la ciudad de
Oruro, que está situada a pocos kilómetros
y que, mediante un canal navegable, podría
comunicarse directamente cop el Desagua–
dero y con las ricas provincias paceñas ya
nombradas. Además, no es improbable que
se pueda también aprovechar de sus aguas
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