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Los .si-ervos .se ocupan .en la manutención de los cami-
nos d·e la ha,ciend!a y en los eanare:s d·e irrigación. A la
orden del mayordomo, deben a·cudir, como estafetas o como
mandaderos, sin consideración de época o_de tiempo, para .
dirigirse a lo.s 1ugares · más distantes. A ellos corresponde
re•correr las alta:s estepas y montañas para reunir, cada se–
mestre,
lo~
rebaños dispersos y medio salvaj-es que el ra–
badán re·cuenta y
mar~ca
a fuego. También l·es ·corresponde
a ellos la tarea de arrear las bestias vendidas ·en el mata–
d·ero. Y si, por muerte .natura·l, a·c·cidente,
e~travfo
o robo ... ,
falta alguna cabeza de ganado, ellos deberán
sustitu'irl~
con
una de su propio rebaño.
La ter-cera categoría d-e estos desdi-chados es la
de
los
"pequeños propietarios". Estos forman una
~coniunidad
para
dedicarse a explotar un det-erminado _ sector, por 19 cual pa–
gan un
~anon
de arrendami·ento trabajándole gratis al due–
ño ·del fundo durant-e 3 días a la
.se~ana,
o bien por semana
.o por
m·~:s
se
alternan hombres y mujeres en el .S.ervicio do–
méstico del patrón, y aun más, todos deberán ayudar en
las cosechas. Algunas haciendas tienen hasta ...una doc·ena
- de ald-eas cuyos habitantes son "pequeños propi-etarios".
Es–
tos
están divididos en siete clanes que constan de 20 a '¡O
f~milias
cada uno.
, Lo más odioso del contrato entre éstos
y
el dueño·
1(l.e
la _hacienda es el intermitente servicio doméstico a que es–
tán obligado:S, que, además de .separarlos por largos perío–
ct:es de su famila, los somete a la caprichosa voluntad del –
amo. Muchas veces suc-ede que el patrón dispone de un indio
o de .su mujer sin pr·evia consulta, naturalmente, prestándolü
a un amigo que lo lleva adonde quiere. Y estos infelices
han de volv·er después, ·como puedan, a :sus hogares..
Las cosechas de estos "pequeños propietarios" ta·mbién
vuelven
a
manos del patrón, · porque, para mayor facilidad
Y
rapidez, aquéllos se las venden al precio que éste esta–
ble-ce, que
-es,
por lo general, bastante más bajo que el co-
rriente.
-
Además, cada }efe de familia tiene la obligación de ir _
personalmente
!~asta
la ca:sa del' patrón, que vive· en la ca–
pital, para ofrecerle las. primtcias de su· propiá cose·cha
Y
de su rebaño. También hay otro regalo obligatorio, que con–
siste en una viga tallada o un montón de pi-edras para al-·
guna construcción. .Y si el indio ti·ene hijas, éstas deberán
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