LA FUNDACION DEL CUSCO, CIUDAD IMPERIAL
por
G 1\ RCILASO DE LA V EGA INCA
(1609)
La primera parada que en este valle hicieron, dijo el
Inka, fué en el cerro llamado Wanakauti, al Mediodía
de est a ciudad. Allí procuró hincar en tierra la barra
de oro, la cual' con mucha facilidad se les hundió al
primer golpe que dieron con ella, que no la vieron más.
Entonces dijo nuestro Inka a su hermana y mujer: En
este valle manda nuestro padre el sol, que paremos y
hagamos nuestro asiento y morada, para cumplir su vo–
luntad . Por t an to, reina y hermana, conviene que cada
uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente,
para los doct rinar y hacer el bien que nuestro padre el
sol nos manda. Del cerro W an acauti salieron nuestros
primeros reyes cada uno por su parte a convocar las
gentes, y por ser aquel lugar
el
primero de que tenemos
noticia que hubiesen hollado con sus pies, y por haber
salido de allí a bien hacer a los hombres, teníamos hecho
en él, como es notorio, un templo para adorar a nues–
tro padre el sol, en memoria de esta merced y benefi–
cio que hizo el mundo. El príncipe fué al septentrión,
y la princesa al mediodí a; a t odos los hombres y muje–
res que hallaban por aquellos breñales les hablaban y
decían cómo su padre el sol les había enviado del cielo
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