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la administración de
es.tasociedad móvil será de ·una inex–
plicable complicación. Por eso, el inca, ·en su sabiduría, to–
mó
la única medida conciliable
~on
su programa de gobier–
no:
la prohibición de circular sin autorización especial.
La
fantasia individual no debe perturbar -el orden socialista.
Mucho tiempo despuéS de la
con~¡'uis-ta,
Ond·egardo.
y
Santi–
llán, sorprendidos por las dificultades que encontraban los
espa:ñoles para percibir los impuestos
d ..
e partición sobre
~o-
..
.
.
lectividades que cambiaban incesantemente
de
número,
pe-
dia~
que se volvi·ese
a
la regla antigua
(1).
En el Perú, el
"i~dio
debla vlvir
y
morir alli donde había na·cido
(2).
~1
control de esta reglamenta·cióri estaba asegurado de
la manera más sencilla. Los indíg.enas de cada provincia
no debían modificar, bajo
M-a-ban el gorro ·
. as, y
los ca–
encontraban
los puente
es ·ecialmen
te
de que
l~s
transeúntes tenían autorización para circular (4). En el
C\Wco no se podía entrar en la ·ciudad. ni salir de ella des–
pués de la puesta
y
·.antes· de la salida d·el sol (5) .
Por el contrario, el inca ·no vacilaba ·en desplazar fami–
lias o grupos d·e familias cuando lo consideraba necesario.
Estas
a~rupaeiones
transpo_rtadas ·han sido llamadas por los
.( 1)
Ondega.rdo, "Rel.aeión"; ·p.
50.-
Sa.ntillá.n, '-'Relación'\ ·par.
82.
(2)
En
el
Parag~ay
los jesuitas habían prohl·bido ta.m.bién a los indios
cambiar de aldea (Lugones,
"El
Im~1·io
Jesuítico",
cfb.
cit., p.
221).
Un ·
deereto del
Soviet
de Petrogrado en
1920
prohi·bió a
los
hom.bres de
18_
a
60
afíos
y
a
las
mujeres · de
18
a
40
abandonar la ciudad (Ze.gorsky,
"La
Bépublique aes Soviets'',
Parfs,
1921,
p. 323).
'
(3)
Co'bo,
"'Historia", lib. .
1~,
cap.
24.-
Rouma,
"La civilisation áes
Incas",
.
p. 8.
·
.
(4)
Morua,
uH1storl~",
p.
182.
Estete,
en
Jerez, ..
Verdadera Relación",
p.
341.
.
(5)
Las
Gasas,
"Apologética", cap. CCLV-UI ..
-22~-