Es verdad que
su carta me ha
impresio–
ttado favorablemente
y
no es melnos cierto que me ha
causado mucha alegría, pues mi joven corazón aún no
había experimentado sentimie.ntos
que usted de una
forma tan galana ha sabido despeirtar en él .
Por dicha
causa
'COntéstole
llena
de
con–
fanzai y temor a la vez, porque con;io lo estimo, no
sé si este sentimiento puede ser amor igual
q~
usted
dice sentir por mi person,a.
Estoy muy
con~enta
de haberle inspirado la
ternura que ·me manifiesta en su carta y· yo a mi vez,
'hace tiempo que lo admiraba en secreto; ignorando que
esta inclinación instintiva que sentía por usted fuera
una simpatía amorosa.
'
·
Pero al mismo tiempo temo, lo ·repito. porque
¿quién me asegura que sea veraz la pasión que usted di–
ce sentir hacia mí y ello no resulte a la postrer nada más
que una engañosa ilusión. o una simpatÍll pasajeta?
En la confianza
de que obre sensatamente
y no a la ligera, tuégole qtie examine bien su estado de
ánimo. que reflexione . hondanu:nte en tal sentido y si
luego ve usted que no se engaña, obre en consecucia,
pues, yo, desde ya acepto gusto5a su amistad y tierno ca_
riño.
·
Proceder de lo contrario. sería causarme un dáño
incalculable,
pues ahondaría profundamente
el
senti–
miento de ternura que hace tie<mpo le profeso a usted, lo
que traería más tarde.: con un
de~engaño
recibido de
de su parte, tal vez una herida incurable en. mi corazón
de mujer que ama por primera vez.
Reflexione·
y
medite fríamente y veremos si más
adelante persiste en usted la misma resolución que
hoy
ha
tomado.