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gentina , as í como los hallazgos de los señores
Posnansky y Buchtien y otros investigadores, ha–
blan claramente d e industrias primitivas origina –
das por la necesidad d e vida del habitante de la
metrópoli prehistórica . Empero, hay que
a~vertir
que hs form·as d e cultura tiahuanacota han gra –
vitado siempre sobre las civiliz.aciiones andfoas y
conexas.
Los
obje~os
que corresponden a la cultura
incaica hablan ya de creaciones artísticas con fun–
ción de utili dad , llevadas
a:
un alto grado de per –
fección , tanto en alfarería, cerámica y pintura
como en orifebrería , pirograbado y tejido. Fué tan
delicada y representativa la cerámica del Imperio
que de su excelencia podemos darnos cuenta por
la descripción que de ella hace Loui.s Baudiñ : "Se
fabricaron vasos de to das formas, de todos colo–
res y de toda clase de decoraciones : desde el cu–
bilete de pequeñas dimensiones hasta los
aryballes
esbeltos de cuello estrecho y de fondo redondea do ;
d esde las cerámicas monocromas de Chimú hasta
las policromas de Nazca; desde los vasos zoomor–
fos que dejan oír, cuando se v ·e.r-te
,sn-
c9ntenido,
el silbo de
los
animales que representan, .,gra.c-í,as a
un ingenioso sistema de escape. de
¡¡.ir~~ - :~a'sta
los
grandes jarros que representan hombres en todas
las actitudes".
La pintura sobre vasos con esc-e·A3'S
d~« danza
canto, desfile , etc.; los trabajos de pirogrob:ido·
sobre calabazas ; los metales repujados; las ataujías
y los objetos enchapados : los trabajos de orfebre–
ría en general ; los tejidos con dibujos y bordados
de figuras de hombres, animales y objetos ·reali –
z ados con perfección admirable, son el índice re –
velador del nivel que habían alcanzado las activi–
dades artísticas en el Incario. Sin embargo, cabe
l:acer notar que dichas obras ·no beneficiaban en la