Participo de la opinión de que no porque una voz se use en
otraa localidades. deberá proscribírsele como arequipenismo; ya que
si se siguiera eate criterio. centenares dejarían de anotarse en los
diccionarios y vocabularios que se escriban en América.
Por razones muy explicables he suprimido, por lo menos, un
centenar de voces consideradas como deshonestas, no porque tenga
clos escrúpulos de monja boba• , como diría Ricardo Palma, sino
porque estimo, además, que este vocabulario ha de circular, más que
entre los eruditos, entre mis alumnos del Colegio de la .Indepen–
dencia Americana'", donde soy profesor de Castellano.
Cuidado he tenido de considerar los derivados en artículo
aparte, pues esto hubiera dado la sensación de volumen a un trabajo
que no tiene más pretensión que la de pasar por modesto ensayo.
Los derivados que incluyo van a continuación de su correspondiente
primitiva. precedidos de la abreviatura
Der.
Las palabras. que contiene este vocabulario van en riguroso
orden alfabético,
a~ompafíadas
de sus
respectivo~
significados; y las
·abreviaturas usadas, son las mismas que utiliza el Diccionario de la
Academia, que me ha servido de consulta.
Los quechuismos y los vocablos derivados de éstos, van, en
lo posible, con sus correspondientes etimologías.
Las voces sefialadas con
UD
volado, son castellanas, regis–
tradas en el
Diccionari~
de la Academia, pero que en Arequipa tie–
nen otra acepción.
Los vocablos cuyo signíficado va seguido de la abreviatura
Acad.
(Academia) son los que en el diccionario oficial' están regis–
trados como peruanismos o americanismos, en general.
Al titular a este modesto trabajo con el nombre de cArequi–
pefíismos•, he prescindido
1
intencionalménte de la palabra
dicciona–
rio,
porque comprendo que no es más que un· mero vocabulario, co9
muchas deficiencias, y, en el que, con toda seguridad, falta un gran
número de palabras.
Mi mayor deseo quedaría satisfecho si esta obrita llegara a
servir de base a otra más completa y mejor tratada.
Arequipa, Diciembre de
1941.
VIII
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