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I
LA QUEBRADA
D
ESDE la cumbre de Kondorsenk'a
se
divisa
ya
las tierra•
de sembrlo de Puquio. Kondorsenk' a es, por
el
]ado de
Lucanas, el abra mas alta de la Cordillera de la Costa; por ahi
pasa ahora la carretera Nazca-Puquio. En la cumbre de Kopdor–
senk' a se detienen un rato los viajeros que llegan de la costa. La
quebrada aparece, de repente, cuando se 1lega a esta abra.
So
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bre Kondorsenk' a se para la gente como a] horde mismo de la
quebrada.
La quebrada empieza rn:uy lejos; en la puna alta. Desde
Kondorsenk' a solo se ve, por ese lado, un estrechamiento de la
quebrada; alli se cierra
el
horizonte. Los cerros del frente y las
montafias que forman cadena con el Kondorsenk' a, por el lado
de la costa, se van acercando, y muy arriba, casi se juntan
en
una arruga angosta, donde parece que empezara la gran quebra·
da de Lucanas. Hacia abajo, a la derecha, la quebrada se cierra
en la confluencia del rlo grande con el San Pedro que baja
de
las punas.
AIH,
muy lejos de Kondorsenk'a, muere el horizon–
te; termina en una especie de caii6n
profundo
que parece corta1
las montafias .del lada de la costa.
Las montaiias que se Ie-xantan por el lado de
la
costa
se
alinean casi en orden; al amanecer
y
en el
~repusculo,
sus cum·
hres dihujan en el cielo una Hnea ondulada, suave, sin quebr!l•
duras, sin puntas. Por las faldas de estas montafias corren pc–
quciiaa
acequias que nacen .en manantiales que brotan cerca
de
las cumbres; pcro el caucc de las acequias no es profundo, apenll.S
se
distinguen por
la
verdc hierba que crece en
sus
orillas.
En
tos meses de invicrno cl agua de los arroyos no llcgan nunca -al
rio, se pierdc en cl riego
de
las pocas chacru de
cebada·. trigo
y
maiz
quc hay
en
los
falderfos; en
tie~po
de
lluvias'
el, por
las