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q u ie
ro
a se ven eas uch a s d is e
1n
in ad as a
111
a ne r a
r1
e
ranchos, estas con albergues para las
a11nas
fieles
que visitan al Señor
y
que quieren purificarse en
las
pi s cinas
de
la penitencia.
u1'oda
Ja
meseta,
fuera de . los edificios indica–
dos, está
cuhierta
de unr:i
Yrjetación
agreste si, pe–
ro
exuberánte
her111oseada
con
arhnstos
y
árbo–
les
orig~narios,
de
ngradahles
frutos con
enrred ·a–
~1eras
sil ves tres
de
1
indas
flores
y
con
balsán1icos
JL111C0"'.
H
l~l
aire
es deliciosísin10
por
~u
pu reza
y
sua–
ve
corriente;
su
ten1peratura
es de las
n1ás upe
cibles
y
su cli111a
1nny
benigno
y
snno.
"A l
pi
e
de 1a
n1
eset a está 1a
fi
n
ca
de
1
n1
is
tn
o
non
1
bre, que se extiende
hasta
las
rnárgenes
del
her ni os o
Vi
1ea
11
o
ta
y
do
11
d e
se
e
os
e
eh
a
111
u
y
h
nen
a
calidad
d€
1naíz, trig0,
papas
y
otras farinaceas.
" El
pan o r a
111
a
de1 Sa
11
tu ario
ta
1 e
orno
~acaba
-
n1os
de describir,
presenta una ......... ag-radable
vis~
la
desde In otra bajada del
H.lo,es
decir desde el
pneblo ele
San
Salvador, que
precisa1nente
r¡ueda
al
frente.
Sin
e111bargo Jo ·n1aravilloso
de l lugar
no
está
en 1o q ue
a
e
á
b
a
111
os de
apuntar
es n eees
a.
i·io ir persona
1rnente
para
ex peri n1en
ta r por
si mis-
111
o
1
o
q
n e n
11
í
p
a
s a eo
n
e
1
v
i
aj e ro .
"A tnedida
que se
vá
adelautando en 1a
travesía~
~
i
e
in pre
as cen di ente, se está ex peri
inentando
1
n
u-~
cho ele
extraño.
HNo es
la
alegría
de
las grandes poblaciones,
ciue al
entreverse
en
lontananza
llena el
eorazón
del
viajero;
110
es el
bullicio
discordante de
las
gen–
tes de
ciudades
pupolo~a~,
que
constituyen
el
flujo
y
reAujo,
diremos
así,
del n1undo
social,
no
esa at- ·
n1osfera
pes
ti
len
te
y
pesada
de los
centros
la
qne
se
aspira en
su travesía: nada de
eso se
nota.
La
idea de la
religión
con10
que
viene poco a poco re–
cobrando
su
puesto
en el corazón del
hon1
bre, es
la
q
ne
prin.cipi a a
influir
d
ulce111en te en
~u
ánimo,