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Tanipoco puédese
adn1itir
que D. Pedro Valero
haya
pedido al Obispo el nombran11ento de la co.
inisión
de teologos. Quien
la
solicitó
fné
el
Con1en–
da·dor de
la
Aferced
1.\1.
I~.
P. Fr. Juan Suarez
y
el
J}f.
R. P. Fr. _José <lel
H.i
vero, Provincial
ele
los
Mercedarios de
la Provincia
del
Cuzco, dueños
de
. Huanca,
en cuya propiedad se
habían
desarrolla–
do los
acontecin1ientos.
IJa
parte
de Valero no fué
tnás que
informar, detallada111ente,
al
Prelado
de .
lo que con él había pasado. Na tu raltnente que el
relato
del
vidente
influiría
grande111ente en el
áni-
1110
del
Obij;po para exan1inar con
seriedad el
caso ·
y
acceder cuanto antes
a la
petieión que le forn1u–
laron
los
Mercedarios.
.
.
Es· lástima grande que
ta1nbién
el
Jf.
R. P. Fr. '
Rosario
Zárate
que escribió la
relaci6n
de las
apa- ·
riciones del
Señor de Huanca,
en
el libro de los .
Anales
del Santuario, haya incurrido
en
los
n1is–
n1os errores del
Dr. Rodríguez. La causa
sería
que
el
dist!nguirlo
do1ninicano
o
copió
en
todo
al
autor
del
folleto
"SANTUARIO DE . HuANCA,"
o se
contentó,
únican1ente,
con
recoger
tradiciones
ora–
les, sin re visar
ni
a
re
h
i
vos ni do
cu
tn
en to
R.
· El P. Zárate,
co1no
buen
cuzqueño, haría
obra
de
patriótica labor, escribienilo algo
111ás
sobre el
celebre Santuario,
honor
de
Sll
tierra
y
gloria de
la República
peruana,
ya
que para
hacerlo· tiene
una
plun1a
galana y
un
estilo
fácil
y elegante,
coq
lo
cual con
tribuiría
grande1nente
al
111onun1en to
histórico de
la
tierra
del
dios
S »I, tan
rica de tra.
diciones
y
leyendas,
cual
de todas má" hermosa,
n1ás
llena de
exuberancia
oriental.
·
Y ahJra
har~~ll')S
honor al Dr. Rodríguez,
en
sn
hern1osa
descrip~ión
del S.tntuario, lo inejor
sin
<luda
de
su folleto,
incluyéadola. en
e3te
libro en cu–
y-as páginas he1nos querido acu111ular lo que
d~
llnanca
han' dicbo_ las
n1ejores
plu111as que
de
el