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o6menos perturbadores profundos de la cvolucic'in de la raza. Pro–

siguiendo los trastornos nerviosos, vemos, que entre el grupo sen–

sorial, se produce anosmia, hipogeusia, discromatopsia, amb.lio–

pla, debilidad muscular, marcha oscilante e insegura, t emblor, ca–

lambres en las pantorrillas

y

en· veces accesos convulsivos de ti–

po epileptiforme. Despues de esta larga cita, es justo pensar que

el cfecto de la droga no puede ser mas nocivo para el sistema ner–

vioso, al que ataca prefere,ntemente;

y

qua seguramente los me–

dicos del Antiguo Peru deben haber estado fami.liarizados con sus

efectos f'armacodinamicos, aunque sin darle la interpretaci6n de·

bida.

Del tabaco como agente .etiol6gico de alteraciones nervio- '

sas, podrfa aducirso menos citas que para los demas. Bien

es

verdad, que el naturalista Monardes

{68),

citado por Valdizan;

y

este mismo,

{69),

le dedica estudio preferencial. La difusi6n

pre·colombina de esta planta, ha ·sido grande. Monardes, afirmaba

que la nicotina tenfa propiedades analgesicas, siendo de recomen–

darse su uso en la cefa,Jalgia y aun en la bisteria. Si Tevisamos

los efectos del tabaco a la luz de los modernos conocimientos, en·

contramos que aparte de los sintomas de intoxicaci6n general co·

nocidos nosograficamente como tabaquismo, aparecen sintomas

nerviosos bien definidos, asi desfilan: la compresi6n cefalica, el

insomnio, los vertigos, temblor, contractura.s, exaltaci6n de lo;;

reflejos. Dr.I lado sensorial visual: ambliopia, escotoma centra

i

bilate ral, foLoJ'obia, mas rara vez neuritis 6ptica y papiliiis.

(70).

Concisos son los datos que poseemos respecto al chamico,

bastante conocido de los antiguos. El empleo de drogas estupc

facientrs estaba muy repal'tido entre los indigenas. Nos cuenta

Lavoreria

{71),

que Pl chamico lo empleaban a pequefias d6si s,

"para produclr suefio y anestesia a los que debian ser sometidos

a

tormento", practica bastante piadosa pou cierto.

Por la vicja Europa, a comienzos del sig.l.o XVIIl, el empl<"'

de la· solanaceas adquiri6 ma! renombre, a causa de! mal uso quc

hacian de ellas los bru,jels durante la Edad Media

( 72).

Sin em·

bargo hubi eron medicos celebres en

SU

emp leo, oomo Antonio

Rtark, dP

Virna.

qur uonocian intimam nte s us menores manifos ·

taciones.

El llalnrali!<l.a Coho

r

73 ) . nos da una

ci l.a mas

t'oncisa:

(68)-Monarcles Nicolas. - Delle cose chevenongo portata, dall, Indie Occiden_

true, pertlnenti all'uso de!Ja medlclna, 1616.

(69)-Valdlzan H. - El tabaco meclicamento, Roma. 1914.

(70)-Curscbmann - Kramer . - Ob. cit.

( 71 \-Lavoreria Daniel E. - El arte

d~

curar entre los antiguos peruanos,

Cr6nlca. Mecilca, 1901.

{72)-I,atgnel Lavastlne, et Jean Vlnchon. - Les malades de

V

Esprit et leu!'s

medeolns du :h."VI au XIX sleole.

173!--Padre Bernabe Cobo. - Hlstoria del Nuevo Mundo.