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otros cronis Las espafioles, coincjden los mismos datos de existen–
cia en remotas edai;ies de individuos de estatura giganLesca.
Se sabe q1\e en el ctesarrollo arm6nico de las diversas
pal'·
Les constitutivas del ouerpo humano, intervienen preponderante·
mente el s istema neuro-end6crino,
y
hasta algunos fil6sofos com::>
Keyser ling (48), genei•£\lizando el concepto biol6gico, dice que e.l
caracter y la pRicologia de los pueblos, no son sino unicamente
predo!l1inancia de glandulas end6crinas. Hasta lo& caracteres di–
ferenciales de las diversas razas, serfan para E:eith (49) funci6n
e~1d6crina,
la raza europea seria predominio de la hip6fisis, el ti–
Po mongo.ljco,
\a
Liroides y el negro las suprarrenales.
Pues bif'n, la fisiologfa patol6gica ha descubierto, que es ·
Le
gig~rnti1>mo
exagerado, casi siempre esta en relaci6n con per·
turbaciones end6crinas, principalmente de la glandula hip6fisis.
Para Brissaud, y Meige (50) , el gigantismo y la acromegalia no
serian sino una misma enfermedad. Es muy probable pues, que
esta 1·aza de gigantes de que nos bablan tan pintorescamente los
cronistas, ha.yan sido otrqs tantos trastornos end6crinos, entre
los que prima el hipofisario. A.Igo mas, entre el aparato genital,
la hip6fisis y el crecirnient.o de Ios huesos (Pagniez-Ob. cit.),
existe una correlaci6n patol6gica constante. Es 16gico suponer,
que la desviacj6n sexual qe que tanto nos pablan los cronistas; por
la que se extermin6 esta raza de gigantes, haya sido un nefasto
determinismo de
SU
proceso acromegalico.
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:WnL1·e .Jos agentes jnfecciosos, ocupa lugar prepondcrante
la Sifilis. El problema en si esta bastante discutido, pero parece
Ql\e la gran ,mayoria opta por el origen pre·colombino. Tello en·
cara gallarda,mente
Ell
problema, mas con criterio arqueol6gico
que clinico. En :iu muy importante trabajo, citado por casi todos
los investigadores (5f), afir,ma que la sffilis tiene un orfgen pre·
co.lombino y que la voz keshua
Huant.tai,
es sin6nimo de sifilis, opi–
ni6n que comp arten Lorena, Lavorerfa, Valdizan y otros.
Si ha exi ii tido, pues este factor etiol6gico,
y
de otro lado sa·–
bemos por la
d
fnica quc su influencia es preponderante para de–
. encadenar numArosos
proc~sos
nerviosos, es 16gico suponer, que
dadas las facilir!ades del contagio;
y
las numerosas fiestas que nos
de scribPn los t"l'onistas, que siempre derivaban en excesos sexua-
(48)-Conde Hermann Keyserling. - Psycbo.nalyse de L'Amerique.
(49)-Kelth. - Tratado de Dle.gn6stlco Clinlco de Las en:fermedades internas,
de! doctor P. Krause.
(50)-Pb. Pagnlez. - Troubles du developpm.ent genera.I. - Col. Roger . ..
(51)-Tello Julio C. - La antlgtiedad de la sifllis en el Peru. - Rev. Univ. 1910.