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Enlre otras manifeslaciones exlernas, que se atribuyen
•rn
ciertos casos a procesos degenerativos o a detenciones del desa–
rrollo (estigmas) enumera Valdivan (35), la pc)lidactilia y el labio
lcporino quo se observa en algunos huacos. A estos se afi.ade
eJ
pied bot, cuya importancia patol6gica merece un estudio apar–
Le. (Vease Patolog·ia, Ceramica} .
Valdizan en su tantas veces citada obra, afirma quo
l'I
bocio
(Kcoto)
existi6 entre los antiguos peruanos, afirmando su
origen pre·colqmbino en oposicJ6n a la teorfa sostenida por Lemos
(36), citado por el mismo Valdizan. Pero hay algo mas, sostie·
ne que perpetuaron las dcformaciones macrosc6picas en la cera·
mica, lo cual nos parece inexacbo. Razones de indole biol6gica,
climatica, hereditarias
y
filogenicas, pueden llevarnos a la eviden·
cia de su endernicidad en nuestro suelo, quiza si en las misma,,
zonas y quebradas donde existe en la actualidad; pero no de su
representacion en la ceramica pre·incaica. Siguiendo la topogra ·.
ffa de las zonas bociosas, principalmente en la sierra; y su ausen·
cia en el litoral, y siendo las grandes cultura·s· pre·incaicas, que
dieron origen · a aqueLlos estupendas producciones de ceramica,
exclusivamente de la costa, bien se comprende, no hayan tenido
su representaci6n artistica. Volveremos a insistir sobre este pun–
lo al Lratar de la Pa'tologia.
lnsistiendo sobre los factores etiol6gicos del Bocio
y
las
glandulas end6crinas principalmente afectadas' hay que tener en
cuenta las opiniones de . Maraii.6n (37), ya citado. Piensa sea la
tiroides la
glandu.laafectada de manera principal, pero no exclu·
siva, "las otras glandulas es tan tomadas en menor escala". Ob–
servando la apariencia externa de ciertas zonas bociosas, se
not~
la similitud con ciertos pueblos primitivos, que han detenido su
desarrollo somatico, serian fases primarias de la raza bumana,
semejantes a los pigmeos o a ciertos pueblos polares (Finkbeiner,
citado por Maraii.6n). (38).
Si continuamos con las detenciones o perturbaciones def
desarrollo, provenientes de alteraciones end6crinas, o mejor endt'1-–
~rino-vegetativas,
podemos enumerar los dos tipos opuestos de
la armonia somatica, cuyo lindero con lo patol6gico es a veces
insensible. Me refiero a los enanos y a los gigantes o gigantismo.
Los enanos o Umutu, segun Valdiz6n, (39) eran emplea –
dos coma juglares o bufones. P.ertenecian seguramente a ejem–
plares de cretinos, o formas graves de! cretinismo endem'ico (Ma -
(35)-Valdtzan FI. - La alinac ... Ob. Cit.
(36)-ValdJ.za.n
H. -
La
alienac ... Ob. cit.;
Lemos
Abraham. - El boclo
y
el
cretinismo en la provincia de Mendoza. - Buenos Aires, 18'77.
137)-G. Maranan. - Ob.
cit.
\
<<3~")--0.
Mara.fi6n. - Ibidem.
(39)-Valdizan
H. -
La
alienac ... Ob.
Cit.