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sos ambientes climaticos ;" no lo es si se mira el problema de stt
descenso a la costa. Bien sabemos,
y
numerosos investigadores lo
confirman, como es de
notab.lela tuberculizaci6n del indigena que
desciende de la sierra. Cambio de caracteres climaticos , desadap–
taci6n, perdida de energias "terreno virgen" para el bacilo,
y
algu–
nas otras condiciones no muy bien precisadas, motivan esta fa.cit
tuberculizaci6n.
Pues bien, estos dos factores etiol6gicos enumerados, tienen
marcado determinismo biol6gico para producir determinadas ma–
nifestaciones nerviosas, sindromes bien definidos, puestos en cl:i.–
ro por la ciencia.
Y al !ado de los factores organioos justo es colocar los psi–
quicos , cuya frecuencia nos es retratada por el grado de supers–
tici6n e idolatria de! indigena. Rntre estos ocupa lugar preferen·
te el susto o
shogpi
evidenciable a traves de las leyendas y cuyo
efeclo colectivo al decir de Valdizan (
85),
debe haber sido lo sufi–
ciente intenso para crear una "ansiedad colectiva", muy favorable
al
desarroJ.lode numerosos procesos nerviosos, principalmente fun·
cionales , a la cabeza de los cuales es necesario colocar la histeria.
Las influencias de! media ambiente se dejaron sentir anti'•)·
pol6gicamente, para dar las diversas varientes a la raza india;
los factores intrfnsecos, a pesar de sus divers_as taras, s on dome–
iiados por su robus ta contextura ffsica; los agentes infecciosos
y
t6xicos, luchan a porfia por menguar sus capacidades ffsicas y s6 ·
lo .Jo consiguen en parte. I a pesar de estas diversas
agr es ione~ .
Lriunfa la individualidad biol6gica, la suprema alma de la raza
s·~ fior ea en el gran Tabuant.insuyo, forjando una civilizaci6n cicl6-
pea, cuyos vestigios aun admiramos; y cuyo crisol solo puede .ha·
ber sido fundido por espiritus superiores ffsica y moralmente, que
sentian hondament e las vibraciones de la natura leza y s us sec<retos
encantos .
r
( 85 )-Valdiza n H . - La
Mectlclna
Popular
Peruana. -
T .
I. -
1922.