ESTUDIOS INCAICOS
161
Ios
amautas
tenian Ia de componer cronicas de
guerra.
Con las modificaciones propias de las particu–
laridades etnicas que en ellos ban influido, el in–
digena de boy, el pobre gaucho de las provincjas
del norte, aun canta
yaravies
y
canta
vidalitcu
y
tristes.
EI
cumuri
(arriero de las montaiias) que am–
bula solo por entre Ios niveos picacbos, conducien–
do a pastar sus
llamas
dociles, no tiene otra amiga
que su
quena
ni otro compaiiero que su canto. Y
en la nocbe, Ilena de perfumes agrestes y de silencio
solo interrumpido de tarde en tarde por voces
misteriosas, se levanta la voz de la
quena
triste
y
melodiosa, porque es melodiosa y triste el alma del
cumuri,
joven
y
enamorado, a quien la aspereza
de su vida de paria arroja Iejos de la que lo ama,
por entre abruptos picacbos y negros abismos.
La cronica bispana, creadora de Eldorados y
Trapalandas fantasticos, hallo en el duke instru–
mento un motivo de inspiracion e bizo una terri–
fica bistoria de amores.
La escritora Juana Manuela Gorriti, recogio la
cronica oral de hoc.a de alguna anciana montaiiesa
y la convirtio en narracion escrita. Dice la cronica
oral que Maria, hija de c'onquistadores,
y
Campo–
real, joven peruano, mestizo de espaiiol e india,
se amaban. Opusieronse los padres, arguy.endo ra–
zones de cuna, lo cual bizo que
et
huyera de Lima,