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(61) En una
inforn ación de sus ser
11
i
ios (op.,
pág.
374),
Suárez de Figneroa nos dice que « le dio y
:.ncG
rgo
do~
geronimo de cabrera el
c1
scubrimiento de las pro–
uincia.s de los
cornech/ingones
cancm 'rones
y
rrio de la
plata...
»
7
y que él «hizo la entrada y para ello lleno
consigo· cinquenta soldados amigos suyos a muchos de los
qnales les socor rió con armas cavallos y municion s y
otras cosas ...
».
Luego, expresa que «puso tanta diligen–
cia y cuidado ... en el ernpadi·onamiento ele los pueblos
de yndios por do pasaua
y
comarca dellos por
ansa
de
las mnnchas
y
difetentes lenguas
y
que ay en aquellas
pronincias como en: todo lo demas tocante a la guerra por
donde se entendio
y
~io
ser toda aquella tierra
muy
po–
blada y que
en
ella se podía poblar una ciudad a la qnal
pudiesen seruir mas de veinte mill ync1ios en veinte
y
treinta leguas de distrito ...
~>
(Op. cU .)
pág. 435).
(62)
Luis de Luna,
resi~eúte
en Santiago, declara que
de esta ciudad «salieron con el [cqn Cabrera
J
mas
de se–
tecientos cauallos
y
a lo que le pareció quarenta o
qn~rei1ta y cinco carretas todas cargadas de bastimentos
y _otras cosas para el sustento de la dicha ciudad [de Cór–
doba
J...
»
(Cabildo
dé
Santiago,
op.
I,
pág.193). Otro oom–
qnistado.r (García Sá_nchez) expone que Santiago ayudó a
Cabrera en la expedición a Córdoba, con « soldados que
fueroi;i. a ella que serian ochenta onbres
y
mtwhos cava–
llos
y
carretas
y
bueyes
y
ganados mayores
y
menores
y
muchos bastimentos
y
p ertrechos de guerra...
»
(Op.
cit.,
págs:
214-215).
(63)
En
el
ci~tci
ele
fundcwión'
de la ciudad se expone -
que ella se hace en «el sitio más combiniente que a ha-
_,